QUÉ ES EL INCONSCIENTE Y CÓMO FUNCIONA

Qué es el inconsciente y cómo funciona
4.9
(52)

Existe un aspecto de la actividad de nuestra mente que habitualmente nos pasa desapercibido, del que no tenemos una vivencia efectiva y del que no podemos informar en un momento dado. Se trata del inconsciente. Qué es el inconsciente y cómo funciona será el objeto de este post.

Nuestra argumentación girará en torno, principalmente, a los postulados de la psicología cognitiva. No obstante, existe otro modelo del inconsciente, tremendamente valioso, que en este articulo trataremos de pasada. Nos referimos al psicoanálisis, cuyo fundador es Sigmund Freud, y su gran continuador, Carl Gustav Jung. A este último le debemos la más grande aportación al estudio del inconsciente: la sombra, el lado oscuro de la psique

CONSTITUCIÓN DUAL DE LA MENTE. UN GRAN AVANCE EVOLUTIVO

Nuestra actividad psíquica es dual, constituida por un sistema de procesamiento consciente y otro inconsciente. Sin embargo, como resultado de poseer una particular visión del mundo y de nosotros mismos, de poder planificar, emitir juicios y tomar decisiones, solemos identificarnos exclusivamente con uno de los polos de la dualidad: el consciente.

En nuestra opinión, el más importante salto evolutivo de la historia natural lo constituye la aparición de la mente dual. Y fue el género humano, habitante de la sabana africana, el protagonista de dicho salto. Creemos que la consciencia acompaña al ser humano desde entonces, a pesar de que las evidencias más rotundas de su existencia las encontremos en el Paleolítico Superior a manos de Homo sapiens. Desde entonces, la integración, coordinación e interacción del consciente e inconsciente han constituido los cimientos de toda nuestra actividad mental.

La dualidad de los procesos psíquicos incrementó nuestra capacidad adaptativa, como comprenderán si continúan leyendo, permitiéndonos sobrevivir en los más divergentes hábitats. Sin embargo, no todo han sido ventajas. Hemos sobrevivido, pero a costa de numerosos inconvenientes que son el resultado de la inadecuada integración, coordinación e interacción del consciente e inconsciente.

Estamos convencidos de que el próximo salto evolutivo de la humanidad será la integración perfecta de los dos polos de la mente: consciente e inconsciente trabajando en unidad. Este post será el primero de una serie en la que revelaremos cómo podemos desbloquear el inconsciente, hacer consciente su contenido e integrar ambos aspectos de la mente para desarrollar plenamente el potencial humano.

BREVE REPASO HISTÓRICO DEL CONCEPTO DE INCONSCIENTE

El concepto de inconsciente, aunque bajo diversas denominaciones, ha estado presente en el pensamiento humano desde los filósofos griegos presocráticos hasta Nietszche, pasando por Agustín de Hipona.

La exaltación del aspecto racional y consciente del ser humano por parte de la filosofía cartesiana del siglo XVII, relegó al inconsciente al olvido o lo asoció con aspectos negativos, como las bajas pasiones y los instintos. Fueron los románticos alemanes, como Goethe y Schopenhauer, quienes hicieron resurgir el concepto, vinculándolo a cualidades positivas como la creatividad y la innovación.

Aunque el nacimiento del término inconsciente debe atribuirse a Edward von Hartmann  en su obra “Filosofía del inconsciente” (1868), solemos relacionar a Sigmund Freud con el mismo. De hecho, fue el neurólogo austríaco quien otorgó al inconsciente un rol central en la actividad psíquica humana e hizo del concepto el eje sobre el que giró toda su teoría.

QUÉ ES EL INCONSCIENTE, SEGÚN SIGMUND FREUD

Para describir la estructura y la función de mente humana, Freud usó la analogía del iceberg. La consciencia correspondería a la parte visible sobre la superficie del mar, mientras que el inconsciente sería la inmensa masa de hielo que permanece oculta en la profundidad. Traduciendo su descripción metafórica, resulta que la mayor parte de la actividad psíquica del ser humano es inconsciente. Los actos conscientes, por tanto, representan una pequeña porción de las dinámicas psíquicas ocultas. 

Freud pensaba que el inconsciente contiene deseos sexuales infantiles reprimidos por causa de la censura moral y social de la época. Además, almacena memorias olvidadas de dolor y conflicto. Por tanto, el inconsciente se nutre de aquello que el consciente, a modo de defensa, ha deseado olvidar, esconder y ahogar por no poder tolerarlo o asimilarlo.  No todos los discípulos de Freud estuvieron de acuerdo con el contenido del inconsciente postulado por el maestro. Pero de esto escribiremos en otra ocasión.  

Estos contenidos, a los que la conciencia ya no tiene acceso ni puede controlar, condicionan nuestra visión del mundo, nuestro pensamiento, nuestra conducta e incluso nuestro lenguaje. Y lo peor de todo, puede conducirnos a sufrir trastornos mentales, como la histeria y la neurosis.

Según el psiquiatra alemán, sólo se puede acceder a los contenidos del inconsciente a través de sus manifestaciones, tales como los lapsus, actos fallidos, impulsos incontrolables y sobre todo, los sueños. Y el modo de corregir las consecuencias perjudiciales de dichos contenidos es desbloqueándolos y trayéndolos a la consciencia.

CÓMO FUNCIONA EL INCONSCIENTE

Los órganos de los sentidos pueden proporcionar más de 11 millones de bits de información al cerebro cada segundo. El inconsciente se encarga de procesar esa información y remitirle al consciente una pequeñísima fracción ya organizada y jerarquizada. En torno a 15 bits por segundo. El consciente no tiene capacidad para usar más información.

Para el inconsciente procesar información implica codificarla, organizarla, archivarla y, más tarde, recuperarla y proporcionar una respuesta. Todas estas fases las lleva a cabo el inconsciente al procesar la información procedente del medio. En otras palabras, el inconsciente genera software (programas), que más tarde utiliza para proveer una respuesta.  

Ahora puede hacerse usted una primera composición. La consciencia tiene una limitadísima capacidad para usar la información, en contraste con el poder inmensamente mayor del inconsciente.

El inconsciente puede procesar una ingente cantidad de información simultáneamente, sin esfuerzo. Y realiza cualquier tarea muchísimo más rápido que el consciente. Es un sistema impresionantemente eficaz.

¿Se imagina que tuviera que organizar, ordenar, estructurar y poner en marcha respuestas a toda la información del medio para, por ejemplo, conducir un coche? Si su inconsciente no tomara las riendas, el esfuerzo que requeriría la conducción sería inviable. Así que debemos empezar ya a desterrar la idea de que toda nuestra actividad cerebral está controlada por el consciente.

Usted se preguntará si tan extraordinario es el inconsciente, para qué demonios la evolución dotó al ser humano de la consciencia. Pues bien, resulta que el sistema de procesamiento inconsciente tiene sus desventajas.

INCONVENIENTES DEL INCONSCIENTE

A pesar de su fascinante capacidad, el inconsciente se caracteriza por rigidez y falta de flexibilidad a la hora de organizar, estructurar y dar respuesta a la información procedente del medio. Establece estrictas pautas de funcionamiento, en función de las cuales responde rígidamente. Es como un autómata que, una vez se ha puesto en marcha, no hay quien lo pare. Le resulta imposible retroceder, corregir y adaptarse a las condiciones cambiantes del entorno. Su programación le impulsa a actuar de modo automático ante cierto estímulo. De ahí la extraordinaria velocidad de procesamiento que caracteriza al inconsciente.  

Un ejemplo para que lo entienda mejor. Suponga un inconsciente que recibe un paquete de información procedente del medio. Si tiene en sus archivos el programa correspondiente, responde de modo automático, sin pensar, juzgar o evaluar. No toma una decisión, porque la decisión ya está tomada. Sólo trata la información que le llega gracias a sus programas y resuelve de forma automática. Y siempre ofrecerá la misma respuesta, si se dan las mismas condiciones. 

Esta característica es lo que convierte al sistema de procesamiento inconsciente en un mecanismo muy eficaz a la hora de dar respuesta a las circunstancias habituales, para las que ya tiene una un programa predeterminado. Genera resoluciones automáticas, muy veloces y muy definidas. Sin embargo, cuando la situación sufre cambios, cuando no existen respuestas definidas, se vuelve ineficaz.

EL PROCESAMIENTO CONSCIENTE

No obstante, el sistema de procesamiento consciente, aunque lento, es una maravilla cuando se trata de adaptarse a un entorno cambiante. Lo nuevo, lo inédito y lo desconocido son el material de trabajo de la consciencia. Nos permite desarrollar respuestas ante situaciones nuevas.

En el momento de enfrentarnos a una situación nueva, el inconsciente realiza parte del procesamiento (porque no tiene programas para terminar de hacerlo), pero le deja los juicios y la toma de decisiones al consciente. Le proporciona información ya estructurada para que él decida, pero lo hace poco a poco, para no saturarlo. El consciente diseña una respuesta con base en la pequeña porción de datos que ha recibido. Si los resultados de su decisión no son los esperados, rectifica y modifica la respuesta. Esta es la ventaja de la parte consciente de nuestra mente: su flexibilidad y versatilidad.

Como comprenderá, el ser humano dispuso en la sabana africana de una enorme ventaja adaptativa cuando emergió el complemento perfecto para su mente inconsciente.

Mente dual: consciente e inconsciente

CÓMO PROCESA LA INFORMACIÓN EL INCONSCIENTE

Se preguntará usted cómo organiza la información el inconsciente. Lo hace gracias a los esquemas, esa parte sumergida del iceberg. Los esquemas son estructuras, marcos de referencia, formados por conocimientos (conceptos, categorías,…) relacionados entre sí. En otras palabras, son como paquetes de información organizada (creencias, esencialmente).

A partir de los esquemas, el inconsciente procesa toda la información que recibe. Los esquemas sirven de «guía y de filtro» para cada fase del procesamiento. Por tanto, son como programas informáticos (software). Una vez la información procedente del medio ha sido sometida al esquema, se obtiene información estructurada, organizada, con sentido y significación. Aunque el resultado del procesamiento no tiene por qué ser un fiel reflejo de los estímulos procedentes del entorno, sino una reconstrucción de los mismos.

CÓMO SE FORMAN LOS ESQUEMAS

Los esquemas no han estado siempre en nuestra mente. Los hemos ido construyendo desde la infancia, durante la interacción social y a partir de las experiencias, e incorporando a la mente inconsciente. Aunque no es del todo cierto afirmar que hemos elaborado los esquemas. En buena parte de los casos, otros han elaborado los esquemas por nosotros y los hemos asimilado a través del proceso de endoculturación

Por lo general, un esquema (o programa) no se construye y se instala en el inconsciente instantáneamente, de una sola vez. Se requiere la reiteración. Es preciso que a un niño se le repita, por ejemplo, que es un inútil para que ese esquema limitante quede instalado de modo estable y permanente en su inconsciente. Aunque si el proceso se acompaña de una emoción intensa, se requiere menos reiteración. Siguiendo el ejemplo anterior, si el niño siente tristeza o pesadumbre cuando se le dice que es un inútil, el programa de inutilidad se fijará con mayor facilidad. 

EJEMPLO CLÁSICO. LA PERCEPCIÓN SOCIAL

Pondremos un ejemplo hipotético para que se entienda mejor cómo operan los esquemas inconscientes. Suponga que pasea por un parque de su ciudad y observa que, postrado en un banco, se encuentra un hombre llorando. En función de sus programas mentales usted percibirá una cosa u otra. Se formará la impresión de que el hombre es un debilucho al que le hubiera hecho falta más de un palo en su niñez. O bien se preguntará qué tragedia habrá podido ocurrirle para encontrase tan consternado.

Dentro de la percepción social, la formación de impresiones es una actividad mental guiada por esquemas mentales. Y es una actividad inconsciente. El inconsciente construye la percepción. Pero no queda la cosa ahí.

TIPOS DE ESQUEMAS Y SU INFLUENCIA

Toda nuestra actividad cognitiva, desde el pensamiento y toma de decisiones, hasta la memoria y el aprendizaje, está condicionada por la actividad inconsciente de nuestra mente. Y como consecuencia, también aquello que decimos y cómo nos comportamos. Detrás de todo se encuentra un sinfín de esquemas cognitivos (esos programas de los que escribíamos), constituidos por creencias fundamentalmente, que se activan y guían el procesamiento de la información sin el control de la consciencia.

El inconsciente no sólo construye y almacena esquemas cognitivos, sino también esquemas emocionales y musculares. La información procedente de una situación puede ser procesada a través de un esquema emocional y despertar una emoción de modo automático. En el ejemplo anterior, la persona no sólo se forma una impresión del hombre afligido, sino que experimenta una emoción. La puesta en marcha de esa emoción ocurre tras la evaluación de la situación. En esa evaluación ha podido intervenir el esquema y quedar al margen de la consciencia.

De la misma manera, determinada circunstancia puede activar un esquema muscular adquirido mediante el entrenamiento. Como sucede en la conducción o las actividades deportivas. En este caso, se moviliza el cuerpo automáticamente, sin mediación consciente.

Automatismos musculares. Esquemas musculares

CÓMO NOS BOICOTEAN LOS ESQUEMAS

Hemos mencionado que cuando nos enfrentamos a una situación nueva, para la que no poseemos una respuesta definida, el inconsciente le entrega información al consciente para que decida qué hacer. Pero previamente esa información ha sido reconstruida a través de los esquemas. Si el esquema no es correcto, la información que el consciente recibirá estará alterada. Por consiguiente, la percepción será distorsionada, se emitirán juicios incorrectos, evaluaciones equivocadas y respuestas inadecuadas.  

Así nos traicionan los esquemas cognitivos repletos de creencias no saludables. Quien posee un esquema limitante del tipo «no seré capaz de…», procesará la información de tal modo que su pensar, evaluar, juzgar, tomar decisiones, actuar y hablar estarán condicionados. Difícilmente será capaz de…, a no ser que modifique el esquema.   

Pero los esquemas inconscientes nos boicotean de otros modos. Si la información recibida no encaja con la del esquema, el inconsciente la pasa por alto. La consciencia nunca recibirá esa información. Por ejemplo, una persona no percibe su cuarto desordenado, como resultado de su particular esquema «de orden», a pesar de encontrarse «patas arriba». Y dará lo mismo que, con base en los hechos, le demostremos su desorden. Para ella, su habitación se encuentra en orden y se acabó.

Puede ocurrir también que esa información incongruente con el esquema sea reconstruida para hacerla congruente, es decir, el inconsciente la transforma a su antojo para no producir una disonancia. Pongamos un ejemplo muy simple para que pueda entenderlo mejor. Suponga que una persona tiene un esquema del tipo «una mujer que juega al fútbol debe ser una «machorra». Si esa persona observa que el comportamiento y el aspecto de la futbolista fuera del campo es tan femenino como el de cualquier otra, inconscientemente reconstruirá esa información diciendo «seguro que en casa los pantalones los lleva ella». 

OTRO CLÁSICO EJEMPLO

Pondremos un ejemplo clásico de la psicología social en relación con los sesgos en el procesamiento a causa de los esquemas.

Un hombre entra en una aula e interrumpe una clase en la universidad. El profesor lo presenta como X, un alumno de otra facultad. Ese mismo hombre entra en otra aula y es presentado como Y, un profesor adjunto. Nuevamente, el mismo personaje irrumpe en una última aula y en este caso se le presenta como Z, un catedrático. Se solicita a los alumnos de las tres clases que hagan una estimación de la estatura del “intruso”. Sería de esperar que los promedios de la estimación no variasen en las tres aulas; sin embargo, no fue así. Los alumnos de la última aula percibieron al individuo como mucho más alto que los alumnos de la primera aula. ¿Qué sucedió? El procesamiento de la información relativa a la estatura fue guiado e influenciado por un esquema, que podríamos llamar esquema de estatus social.  

LA NEUROCIENCIA LE DA LA RAZÓN A FREUD Y VA MÁS ALLÁ

No queremos terminar el post sin tratar de pasada dos asuntos muy interesantes, de los que tal vez escribamos más adelante con mayor profundidad.

El inconsciente freudiano, formado por ideas y recuerdos reprimidos y olvidados, que condicionan lo que pensamos, hacemos y decimos, parece haber encontrado sustento en las investigaciones de la neurociencia.

Existe evidencia para afirmar que nuestro modo de ver la realidad y, por consiguiente, nuestro actuar se encuentra fuertemente mediado por el inconsciente, por no decir determinado. Se postula la existencia de estructuras o esquemas neuronales que llevan a cabo el procesamiento de la información sin que nos demos cuenta de ello.   

Investigaciones realizadas en los años ochenta han concluido que todos los procesos cognitivos, incluyendo la toma de decisiones, cimiento de nuestro libre albedrío, serían el resultado de una actividad psíquica no consciente.

Se afirma que, aunque el procesamiento sea inconsciente, la acción y movilización motora corren a cuenta del consciente. La neurociencia ha obtenido resultados que indican que el asunto no es así. Por ejemplo, la acción consciente y libre de mover un dedo para tocar el timbre de la casa del vecino, parece iniciarse de modo inconsciente en el cerebro mucho antes de tener la sensación consciente de movilizar el dedo. En otras palabras, nuestra decisión de mover el dedo parece estar determinada por una actividad cerebral inconsciente, que precede no sólo al movimiento, sino a la consciencia de tomar esa decisión.

El inconsciente revelado por la neurociencia

OTRAS SORPRESAS DEL INCONSCIENTE. LA CREATIVIDAD

Hemos descrito cómo la mente inconsciente opera en situaciones para las que existe una respuesta determinada, definida. Recibe un estímulo conocido y desarrolla una respuesta automática. Por el contrario, la consciencia es más versátil y puede encontrar múltiples soluciones para la adaptación a las constantes variaciones del medio. Sin embargo, el inconsciente no siempre parece comportarse como un piloto automático sin capacidad para resolver problemas novedosos. En ocasiones, su capacidad para conectar datos almacenados de modo tan vertiginoso permite hallar la solución a dilemas para los que la mente consciente ha sido incompetente. Esto explicaría los fenómenos de la creatividad o inspiración humanas.

El físico y matemático francés Henri Poincaré había estado trabajando durante largo tiempo en la resolución de las funciones automorfas o fuchsianas. Un día, agotado y frustrado por no hallar la solución, decidió irse de excursión. Mientras subía al autobús, apareció en su consciencia, de forma espontánea,  la solución del problema matemático al que tanto esfuerzo había dedicado.

Otro ilustre matemático, Carl Friedrich Gauss, descubrió un complejo teorema a través de una iluminación semejante. Agradecía la intervención divina, que había permitido que los datos inconexos que almacenaba en su mente se organizaran espontáneamente. Algo que no había podido hacer a través de su arduo trabajo.

William Rowan Hamilton describe así el descubrimiento de los cuaterniones:

“Vinieron a la vida completamente maduros, el 16 de octubre de 1843, cuando paseaba con la señora Hamilton hacia Dublín, al llegar al puente de Brougham. Allí saltaron en mi interior como chispas las ecuaciones que buscaba.”

Otros grandes e ilustres científicos y pensadores describen de modo similar la inteligencia creadora que opera más allá de la conciencia.

CONCLUSIÓN PARA FINALIZAR

Hemos descrito cómo la mente inconsciente procesa  ingentes cantidades de información a una extraordinaria velocidad. Sin embargo, lo hace de forma automática en base a información organizada en los esquemas (programas). Estos esquemas fueron adquiridos durante la infancia, principalmente, gracias a la educación, la sociedad y las experiencias. El inconsciente no juzga ni evalúa, simplemente filtra a través de los esquemas la información procedente del medio y emite una respuesta definida. Como un autómata. Si esos esquemas no son saludables, nuestra actividad cognitiva y emocional será enfermiza.

En próximas entregas trataremos de la sombra, una de las mayores aportaciones a la teoría del inconsciente de Carl Gustav Jung. También abordaremos las consecuencias para la salud física y psicológica de la defectuosa integración, coordinación e interacción de ambos aspectos de la mente. No olvidaremos proporcionar soluciones prácticas que posibiliten a la consciencia el acceso a ese vasto territorio sumergido en las profundidades del ser humano. Y por último, revelaremos la forma de reprogramar el inconsciente.

Artículo relacionado: Somatización emocional. 

[bctt tweet=»La interpretación de los sueños es el camino real al conocimiento de las actividades inconscientes de la mente Sigmund Freud» username=»»]

P´REZ&MÜLLER

Si le ha gustado el artículo sobre la qué es el inconsciente y cómo funciona, compártalo en redes sociales. También puede suscribirse al blog para recibir por correo notificación de las nuevas entradas. Un saludo y ¡fuerza en el salto cuántico!

¿Le fue útil este artículo?

Pulse una estrella para calificar

Puntuación media 4.9 / 5. Recuento de votos 52

4 Comments on “QUÉ ES EL INCONSCIENTE Y CÓMO FUNCIONA”

    1. Muchas gracias, María. Seguiremos escribiendo sobre el misterioso inconsciente. Un saludo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *