A estas alturas, todavía hay quien cree que los medios de comunicación no ejercen la censura. En este breve artículo le vamos a ofrecer un claro ejemplo, patente e irrefutable, de la censura de los medios de comunicación en relación con un asunto de actualidad.
La revista estadounidense «Forbes», especializada en el mundo de los negocios y las finanzas, publicó el pasado 7 de junio un artículo bajo el título “Norway Scientist Claims Report Proves Coronavirus Was Lab-Made» (Un informe de reclamaciones de científicos de Noruega demuestra que el coronavirus fue hecho en laboratorio). El autor de la publicación hacía referencia al estudio del científico noruego Birger Sørensen y el oncólogo británico Angus Dalgleish en el que se aportaban pruebas sobre el origen artificial en laboratorio del SARS-CoV-2, virus causante de la COVID-19.
Sin embargo, un día más tarde todo cambió. Se dieron muchísima prisa. El artículo original se modificó con el título «Controversial Coronavirus Lab Origin Claims Dismissed by Experts» (Controvertidas reclamaciones de origen en laboratorio de coronavirus desestimadas por expertos). Como cabría esperar, también varió su contenido informativo.
EJEMPLO DE CENSURA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
En el primer artículo publicado, el autor escribía lo siguiente:
-… El estudio de Sørensen y del profesor británico Angus Dalgleish, demuestra que la proteína Spike del coronavirus contiene secuencias que parecen estar insertadas de forma artificial. También destacan la falta de mutación desde su descubrimiento, lo que sugiere que ya estaba adaptado a los humanos… -.
La publicación se corrigió más tarde:
-… Nuevas afirmaciones de que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 fue diseñado han sido rechazadas por expertos científicos y de inteligencia […] En su artículo, el científico noruego Birger Sørensen y el oncólogo británico Angus Dalgleish afirman que identificaron secciones insertadas que se colocaron en la superficie de la proteina Spike del SARS-CoV-2 que explica cómo interactúa el virus con las células del cuerpo humano. Los virólogos, sin embargo, notan que existen secciones similares que aparecen de forma natural en otros virus…-
Curiosa modificación en «Forbes», ¿censura?
JUSTIFICACIÓN DE LA MODIFICACIÓN
Si lee el artículo actualizado se dará cuenta de que se justifica el cambio haciendo referencia al consenso científico.
-… Este artículo se ha actualizado sustancialmente para reflejar las críticas al estudio publicado, junto con el consenso científico general sobre COVID-19…»
También se descabeza a Sorensen por tener «interés financiero de Sørensen en el desarrollo de la vacuna de coronavirus Biovacc-19.». Sobre el supuesto interés económico del científico noruego poco tenemos que decir. Suponemos que algún interés tendría.
Sin embargo, la afirmación que hace Forbes acerca del consenso científico es totalmente incierta. Aunque los medios de comunicación al servicio de las multinacionales farmacéuticas se empeñan en afirmar y propagar el origen zoonótico natural del SARS-CoV-2, cada vez un mayor número de científicos sugieren lo contrario.
Si bien es cierto que numerosos científicos apoyan la teoría de un origen natural del SARS-CoV-2, no lo es menos que muchos otros colegas se resisten y postulan un diseño. Qué duda cabe de que esta falta de consenso se debe a la existencia de evidencias científicas contrarias al argumento de la evolución natural del virus causante de la COVID-19 y que concluyen que se trataría de un artificio humano, diseñado en un laboratorio.
EL CONSENSO CIENTÍFICO NO EXISTE, PERO LA CENSURA SÍ
Pondremos un ejemplo de la controversia y falta de consenso. El pasado abril de 2020, Rossana Segreto, del Instituto de Microbiología de la Universidad de Innsbruck, publicó un informe titulado “Is Considering a Genetic-Manipulation Origin for SARS-CoV-2 a Conspiracy Theory That Must Be Censored?» («¿Considerar un origen de manipulación genética del SARS-CoV-2 es una teoría que debe ser censurada?»). En este artículo científico se analiza la estructura del citado virus y se aportan pruebas de su naturaleza artificial:
-… Basándonos en nuestra experiencia en manipulación genética, no podemos excluir un origen sintético del SARS-CoV-2 y creemos que este tema no debe ser censurado. En nuestro manuscrito sugerimos un posible experimento que podría haber originado SARS-CoV-2, conocido por ser quimérico […] Además, hacemos un análisis crítico del artículo de Andersen y sus colegas publicado en Nature […] Este documento se considera para demostrar que SARS-CoV-2 tiene un origen natural, pero en nuestra opinión carece de evidencia científica. No queremos acusar a un grupo específico de investigación, sino llamar la atención de la comunidad científica sobre este tema…-”
Asimismo, anticipándose a lo que afirmarían posteriormente fuentes del MI5 (servicio de inteligencia británico) sobre «rumores y conspiración» en relación con la teoría del origen artificial del virus, Rossana Segreto señala que:
-… Las teorías que consideran un posible origen artificial para el SARS-CoV-2 son censuradas ya que parecen apoyar las teorías de la conspiración. Los investigadores tienen la responsabilidad de llevar a cabo un análisis exhaustivo, más allá de cualquier interés de investigación personal, sobre todas las posibles causas de la aparición del SARS-CoV-2 con el fin de evitar que esto suceda en el futuro…-.
En fin, saque sus propias conclusiones. Usted decide.
ENLACES DE INTERÉS
Estudio de Birger Sorensen y Angus Dalgleish en el que afirman haber identificado -… secciones insertadas colocadas en la superficie de la punta del SARS-CoV-2…-
Artículo actualizado en «Forbes»: «Controversial Coronavirus Lab Origin Claims Dismissed By Experts».
Si desea conocer más acerca de la controversia sobre el origen del SARS-CoV-2, puede leer nuestro amplio artículo al respecto:
P´REZ&MÜLLER
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