El diccionario Oxford define el término – conspiración – como – una combinación de personas para un fin malo o ilegal; un acuerdo entre dos o más para hacer algo criminal, ilegal o censurable; una trama. –

Un número importante de autores, investigadores, incluso políticos han afirmado a lo largo de la historia que una influyente élite en gran parte oculta (el llamado Deep State) ha combinado sus esfuerzos a sabiendas, en una trama para manipular y controlar personas y eventos.

Basados en esta definición del famoso diccionario, entonces existe una gran conspiración. Pero los borregos acostumbrados y condicionados, asocian automáticamente, cualquier mención de este término con una paranoia sin sentido, sin lógica. 

En 2013 se publicaron unos estudios en los que psicólogos de UK y de USA, especializados en conducta social, llegaron a la conclusión de que parecen estar más en sus cabales, aquellos que son tachados de forma despectiva como conspiranoicos o teóricos de la conspiración, frente a los borregos que aceptan sin más, sin analizar las versiones oficiales de los eventos mundiales. Y esto, a pesar de todos los estereotipos que los MASS MIERDA se encargan de difundir.

Los británicos, comprobaron que era más frecuente encontrar comentarios en noticias de los que no se creían los relatos gubernamentales, sobre eventos como el 11S. La proporción era casi más de dos a uno y eso significaba a ojos de los Psicólogos, que son los comentaristas pro-conspiración los que demuestran una buena capacidad analítica, mientras que los comentaristas anti-conspiración se están convirtiendo en minoría: la gente ya no cree las burdas patrañas.

Además, éstos últimos, muestran hostilidad en sus opiniones, supuestamente convencionales, ya que no representan a la mayoría. Y no sólo iracundos, sino también fanáticos apegados a la versión de cuentos para niños de H. C. Andersen, del gobierno de turno. Por ejemplo, el manido grupo de árabes, que apenas tuvo instrucción de vuelo y no sabía pilotar, dirigidos desde una cueva en Afganistán, era una teoría de lo más sólido.

Las personas que dudaban de este endeble razonamiento, no tenían una teoría que pretendiera explicar todos los acontecimientos del 11S, pero no se creían la versión oficial y trataban de encontrar algo que explicara lógicamente los hechos. Así, el estudio sugirió que el arquetipo negativo del teórico de la conspiración como fanático agresivo y solitario apegado a su propia teoría esquizoide, describe con precisión a las personas que defienden la versión oficial, no a los que la disputan. Además, el estudio encontró que los llamados conspiranoicos o conspiranoides tienen en cuenta todo un hilo histórico (como ver antecedentes con el mismo modus operandi), para tener una visión de conjunto.

Ambos razonamientos se desarrollan en el libro Teoría de la Conspiración en América, de un Politólogo y Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la FSU (Florida – USA). En el libro explica que a la gente no le gusta que la llamen – teóricos de la conspiración – porque el término fue inventado por la CIA para difamar y ridiculizar a los que cuestionaban la endeble teoría de un único tirador con un fusil obsoleto y la bala mágica, en el asesinato de John Fitzgerald Kennedy. Pero queda demostrado que estos términos, que se consideran despectivos, se dedican a personas que precisamente están bien documentadas. Fue la mejor campaña de marketing de la historia, pero fue y es, propaganda ilegal (como muchas de las cosas que hacen los servicios de inteligencia).

Se explicaba también por qué los que dudan de las explicaciones oficiales narran los hechos dentro de un contexto histórico. Una numerosa cantidad de afirmaciones de conspiración han resultado ser ciertas y parece haber fuertes nexos de unión entre muchos eventos sin resolver, de las cloacas del estado: como los asesinatos de los hermanos Kennedy.

En un artículo de 2007, titulado «Maquinaria peligrosa – Teoría de la conspiración como estrategia transpersonal de exclusión«, unos Sociólogos, Profesores de la Boise State University (Idaho – USA) escribieron:

-… Si te llamo teórico de la conspiración, poco importa si has afirmado que existe una conspiración o si simplemente has planteado un tema que preferiría evitar…-

Al etiquetar a una persona así, se le excluye convenientemente del discurso y del debate públicos. Estas etiquetas diseñadas por la CIA impiden en el borrego las funciones, analítica e incluso la cognitiva. Éstos son incapaces de pensar claramente sobre los crímenes de su propio estado contra la democracia, debido a su incapacidad para procesar información. Tienen el sesgo de la creencia preexistente definida por el aparato gubernamental y buscan información que confirme dichas creencias preexistentes. Además, usando estos clichés evitan todo tipo de información conflictiva que tira por tierra la versión oficial.

Pero ahora somos Legión los que dudamos de las rocambolescas historias oficiales. La campaña contra las personas libres sigue su curso, pero a pesar de machacar a la sociedad con el estereotipo durante más de cincuenta años, ya no pueden ocultar el debate con insultos y calumnias.

Ahora son los borregos – oficialistas – los que demuestran ser unos iracundos, hostiles y esquizoparanoicos maniáticos.

[bctt tweet=»La ignorancia (…) provocada por la angustia y el terror. Y la angustia creció sólida como una niebla y nadie era capaz de verla – El Evangelio de la Verdad, 17:10 (Códices de Nag Hammadi)» username=»humanidadalfa»]

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