En este artículo vamos analizar los posibles efectos perniciosos de la luz artificial nocturna en la salud humana, en especial dos de ellos: el riesgo de cáncer y la obesidad.
Las revoluciones tecnológicas han impulsado el progreso de la sociedad humana hasta el punto que hoy disfrutamos cotas de bienestar inimaginables para los hombres y mujeres del Paleolítico. La invención de la luz eléctrica a finales del siglo XIX, en el marco de la segunda revolución industrial, permitió alargar artificialmente el día. Este reciente avance tecnológico, que supuso una mejora notable en términos económicos y sociales, puede que no sea tan positivo para nuestra salud.
Veremos si realmente nos afecta negativamente la exposición a la luz emitida por los diferentes dispositivos una vez ha llegado la noche.
QUÉ DICE LA TEORÍA EVOLUTIVA
Si empleamos el argumento de la medicina evolutiva, el mismo que sustenta las bondades de la dieta paleolítica, es decir, que estamos más adaptados a los alimentos y a la dieta que consumimos durante millones de años, sin duda la exposición a la luz artificial no es en ningún caso beneficiosa.
El ser humano ha evolucionado en un entorno que alterna períodos de luz y oscuridad con una frecuencia diaria. Este ritmo natural exógeno, el día y la noche, está perfectamente integrado en lo más profundo de nuestro organismo físico: nuestros genes.
El reloj biológico humano sincroniza los ritmos biológicos y coordina los procesos fisiológicos de acuerdo con las oscilaciones diarias naturales de luz y oscuridad. Y esta sincronización diaria o ritmo circadiano se remonta a los remotos inicios de nuestra evolución humana. De ahí que, según la medicina evolutiva, no estemos adaptados a la luz artificial nocturna y debamos sufrir por este desajuste respecto al ciclo natural día-noche.
Pese a que el ritmo circadiano sea el más estudiado, existen otros ciclos periódicos que ocurren a nuestro alrededor y a los que se acomoda nuestro organismo a través del reloj biológico principal, como el ritmo circanual. En este caso, nuestro reloj biológico ajusta nuestro ritmo interno a los cambios estacionales de temperatura y duración de luz solar.
Antes de continuar, debemos comprender un poco más qué es la luz y cómo influye en nuestro organismo.
LUZ SOLAR VS. LUZ ARTIFICIAL
La luz natural no es más que la parte visible del espectro de radiación electromagnética procedente del sol y las estrellas. En un extremo de este espectro está la luz azul, con longitud de onda corta (400 nm), y en el extremo opuesto está la luz roja, con longitud de onda más larga (800 nm).
En la naturaleza, el espectro de luz azul de la radiación solar está elevado durante el día, se reduce al atardecer y tiende a desaparecer después del ocaso. Estos cambios de la luz azul son los que el organismo emplea para regular su ritmo circadiano. Durante el día, el núcleo supraquiasmático (reloj biológico principal) detecta a través del nervio óptico la abundancia de luz azul e inhibe la producción de melatonina por parte de la glándula pineal. Sin embargo, al anochecer, cuando la luz azul del espectro se reduce, comienza a producirse melatonina en grandes cantidades.
¿Qué sucede con la luz procedente del fuego con la que nuestros ancestros iluminaban sus noches? Pues bien, la luz del fuego está muy desviada hacia la parte roja del espectro, lo que no impedía que los seres humanos de tiempos remotos (y no tan remotos) sintetizaran melatonina adecuadamente.
No obstante, en la luz artificial, sea del tipo que sea, la parte azul del espectro está más elevada. Incluso en las antiguas bombillas incandescentes. De ahí que, llegada la noche, los entornos iluminados artificialmente interfieran con la producción de melatonina y, como resultado, alteren el ritmo circadiano.
Pero hay más. Para la regulación de los ritmos biológicos, el organismo no sólo emplea como referencia la cantidad de luz azul, sino la intensidad luminosa del ambiente. En un entorno natural nocturno, ni siquiera con la luna llena, se alcanzan las intensidades que se encuentran en recintos con iluminación artificial.
LA VIDA MODERNA
El estilo de vida moderno ha alterado los horarios de luz y oscuridad. El resultado es un profundo desajuste de nuestro ritmo circadiano, en el que la melatonina juega un papel fundamental.
Desde hace millones de años y hasta no hace mucho tiempo, los seres humanos se exponían a la intensa luz solar durante el día, mientras trabajaban. Al caer la noche, en sus vidas dominaba la oscuridad. Más recientemente, a lo sumo alumbraban vagamente sus hogares con la luz procedente del fuego. En la actualidad, sin embargo, la mayor parte del tiempo diurno lo pasamos en interiores, sometidos a una intensidad lumínica muy inferior a la solar. Al mismo tiempo, mantenemos, mucho después del anochecer, la exposición a intensidades de luz muy superiores a las procedentes de la luna y las estrellas.
Los estudios han demostrado que el aumento de los niveles de melatonina en la sangre durante la noche constituye una señal moduladora sobre los relojes biológicos periféricos para que los órganos y sistemas del cuerpo organicen y coordinen los ritmos metabólicos apropiados. Por tanto, la alteración en la producción de melatonina inducida por los cambios en los horarios de luz de la vida moderna, conlleva un desajuste de los ritmos biológicos con consecuencias que más adelante analizaremos.
Por último, y de acuerdo con la hipótesis del invierno metabólico, el estilo de vida moderno también nos permite vivir en un perpetuo verano: más horas de luz todos los días y más calentitos. El interminable verano desajusta nuestro ritmo circanual. Pero las consecuencias las trataremos más profundamente en un artículo futuro cuando expongamos esta interesantísima hipótesis.
TRASTORNOS ASOCIADOS CON LA EXPOSICIÓN A LA LUZ ARTIFICIAL NOCTURNA
Fueron los ecologistas quienes a partir de mediados del siglo pasado comenzaron a advertir que la iluminación artificial afectaba al equilibrio de la vida animal. Documentaron que la ampliación de los horarios de luz tenía un efecto negativo sobre la salud animal y sus comportamientos de apareamiento y alimentación.
Ni que decir tiene que el ser humano, como miembro del reino animal, también se ve afectado por la ampliación artificial del horario de luz. Como expusimos al principio, nos centraremos en la obesidad y el cáncer; no obstante, sobrevolaremos a continuación la amplia variedad de trastornos asociados con la exposición crónica a la luz artificial nocturna.
El mecanismo causal que subyace a los trastornos relacionados con la luz artificial es la alteración de la producción de melatonina. Si los niveles nocturnos en sangre no son suficientemente elevados, la melatonina no cumple su misión moduladora de los relojes biológicos periféricos y el organismo no ajusta correctamente los ritmos fisiológicos y metabólicos.
Mientras que durante el día la energía se destina en mayor cantidad a ciertos órganos y sistemas, como el muscular, nervioso, cardiovascular, digestivo, etcétera; durante la noche se canaliza en mayor medida hacia el sistema inmunológico y los procesos de desintoxicación, reparación y regeneración. Por tanto, la alteración de los ritmos biológicos ocasionada por la exposición a la luz artificial nocturna debilita nuestro sistema inmune y nos predispone a un sinfín de enfermedades.
De hecho, existe numerosa evidencia científica que asocia la exposición nocturna a la luz artificial y los trabajos a turnos con problemas de sueño, trastornos del estado de ánimo, trastornos intestinales, diabetes, infertilidad, osteoporosis, degeneración macular y una mayor mortalidad general.
¿ENGORDA LA EXPOSICIÓN A LA LUZ ARTIFICIAL?
La evidencia científica observacional demuestra la existencia de una relación entre los niveles de iluminación artificial de cada país y las tasas de obesidad. Además, dentro de los países, las áreas más iluminadas presentan mayores índices de sobrepeso. Esta observación se repite tanto en países occidentales como orientales. ¡Ah! Y no crea que los investigadores pasaron por alto otras variables como el estatus socioeconómico, nivel de estudios, tabaquismo, etcétera, sino que las controlaron para que no influyeran en sus resultados.
Pero aún hay más resultados que afianzan esta relación. Los estudios se adentraron en las unidades familiares. Descubrieron que dentro del hogar, los niños que se exponen más tiempo a la luz artificial de las pantallas de dispositivos electrónicos tienen más sobrepeso, incluso si duermen las mismas horas.
Otros estudios observacionales demostraron que tanto los adultos como los niños que se exponen durante más tiempo a la luz artificial, aún durmiendo lo mismo y realizando la misma actividad física, engordan más.
También encontramos ensayos controlados en animales. Aún siendo alimentados igual y sometidos a la misma actividad física, los ratones expuestos a más horas de luz artificial envejecen prematuramente y engordan más.
Algunos estudios en seres humanos, muy interesantes, por cierto, dada la costumbre de dormir con la televisión encendida, demuestran que la exposición a la luz artificial durante el sueño nocturno deteriora la salud cardiometabólica.
Se ha sugerido que esta asociación entre sobrepeso/obesidad y luz artificial podría tener que ver con la afectación de hormonas tan importantes para el correcto metabolismo como son la insulina y la leptina.
LUZ ARTIFICIAL NOCTURNA Y CÁNCER
Evidentemente, sólo contamos con estudios observacionales en los que se evidencia una relación entre la incidencia de cáncer y la exposición a la luz artificial.
En un estudio global, en el que se analizaron 164 países, se encontró una relación directa entre iluminación artificial nocturna y cáncer de mama. Otros estudios específicos por país revelan la misma asociación: el riesgo de sufrir cáncer se incrementa con la exposición a la luz artificial.
Estudios que se centraron en barrios concluyeron que las mujeres que habitan áreas urbanas más iluminadas presentan un riesgo mayor de desarrollar cáncer de mama. Otras evidencias sugieren lo mismo, pero para otros cánceres, como el colorrectal.
Algunos estudios, pero esta vez centrados en los hogares familiares, concluyen que las mujeres expuestas en sus dormitorios a luz artificial más brillante tienen tasas de cáncer mas elevadas.
En otro estudio de 2016, se concluye literalmente:
“La luz artificial en la noche está significativamente correlacionada con todas las formas de cáncer, así como con los cánceres de pulmón, mama, colorrectal y próstata individualmente. Se deben tomar medidas inmediatas para limitar la luz artificial por la noche en las principales ciudades del mundo y también en el interior de las casas.”
En cuanto a los mecanismos a través de los que se relacionan el riesgo de cáncer y la exposición a la luz artificial, algunos estudios muestran que la alteración de ritmos endocrinos, la disrupción de genes circadianos, los problemas de sueño y la inflamación juegan un papel importante.
Sin duda, la exposición a luz artificial inhibe la síntesis de melatonina, cuyo potencial anticancerígeno, inmunomodulador, antiinflamatorio y regulador metabólico son bien conocidos. Le recomendamos que lea nuestro post: los 7 beneficios de la melatonina.
QUÉ PODEMOS HACER
A continuación, enumeramos brevemente algunas medidas para que pueda reducir eficazmente la exposición nocturna a la luz artificial.
Expóngase a luz solar durante el día
Para regular el ritmo circadiano no hay nada mejor que exponerse a la luz natural. Abandone la reclusión entre cuatro paredes y salga al exterior. Si desea multiplicar los beneficios, además puede exponerse directamente a los beneficios rayos del sol.
Adapte la iluminación de su hogar
Existe iluminación circadiana inteligente, como la tecnología Philips Hue, que permite programar y adaptar la iluminación de tu hogar a cada fase del día: luz blanca fría por la mañana y luz cálida rojiza por la noche.
Limite el uso de dispositivos de pantalla por la noche
Unas horas antes de acostarse, debe evitar la exposición a cualquier tipo de dispositivo con pantalla para no alterar la síntesis natural de melatonina.
Si no tiene más opción que usar el móvil, la tablet o el ordenador por la noche, prográmelo para que emita luz en el rango rojizo del espectro. Existen también aplicaciones gratuitas que modifican la luz de las pantallas de nuestros dispositivos para el uso nocturno, como f.lux (ordenador) y twilight (teléfono).
Use gafas bloqueadoras de luz azul
Cuando, por distintas razones, no sea posible poner en marcha las medidas anteriores, puede utilizar gafas bloqueadoras de la luz azul (blue blocker). De este modo no se inhibirá la producción natural de melatonina.
Duerma en una habitación oscura
Sin televisión, sin luces auxiliares, sin nada… duerma en total y absoluta oscuridad. En España las casas tienen persianas, úselas. Si vive en el campo, no hay problema: puede dejar la persiana subida y disfrutar de la tenue luz lunar.
REFERENCIAS CIENTÍFICAS
Efectos de la luz en la noche sobre el metabolismo.
Los impactos biológicos de la luz artificial de noche: el desafío de la investigación
¿La exposición a la luz artificial durante la noche contribuye a la pandemia mundial de obesidad?
Ambiente de iluminación del dormitorio y diabetes mellitus.
Uso de la tecnología a la hora de acostarse y problemas de sueño asociados en los niños.
La exposición a la luz ambiental se asocia con una mayor masa corporal en los niños.
El momento y la intensidad de la luz se correlacionan con el peso corporal en adultos.
La leptina oscila alrededor del reloj circadiano.
La interrupción circadiana conduce a la resistencia a la insulina y la obesidad.
Control circadiano del metabolismo de la glucosa.
El nivel de luz nocturna se codistribuye con la incidencia de cáncer de mama en todo el mundo.
Luz exterior por la noche e incidencia de cáncer de mama en el Estudio de Salud de Enfermeras II.
Por qué está aumentando la incidencia del cáncer: el papel de la ‘contaminación lumínica’.
Luz exterior e incidencia del cáncer de mama.
Asociación entre la exposición nocturna a la luz exterior y el cáncer colorrectal en España.
¿El hábitat para dormir urbanizado moderno representa un riesgo de cáncer de mama?.
Exposición a la luz durante la noche, duración del sueño, melatonina y cáncer de mama.
Contaminación lumínica interior y progresión de la aterosclerosis carotídea.
Contaminación lumínica y cáncer.
Melatonina, un agente anticancerígeno.
Melatonina para la prevención y el tratamiento del cáncer.
El momento de la exposición a la luz afecta el estado de ánimo y los circuitos cerebrales.
Exposición nocturna a la luz del dormitorio e incidencia de síntomas depresivos:
Reloj intestinal: implicación de los ritmos circadianos en el tracto gastrointestinal.
Cuatro días de trabajo por turnos simulados reducen la sensibilidad a la insulina en humanos.
Baja densidad mineral ósea en trabajadores de turnos rotativos.
P´REZ&MÜLLER
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2 Comments on “EFECTOS NEGATIVOS DE LA LUZ ARTIFICIAL NOCTURNA EN LA SALUD”
El cuidado del reloj biológico, una cuestión de máxima importancia
Exactamente, Ramoncito. Muchas gracias por su comentario. Un saludo.