Actualmente, se cuenta con un enorme cuerpo de evidencia científica sobre los efectos de los campos electromagnéticos en la salud. Efectos biológicos perjudiciales, en su mayor parte, que ocurren a dosis de exposición muy por debajo de los límites considerados seguros.
Los organismos nacionales e internacionales de protección contra las radiaciones no ionizantes obvian sistemáticamente estas evidencias científicas. Declaran que los únicos daños que las radiaciones electromagnéticas de baja frecuencia pueden ocasionar en el organismo provienen de su capacidad de calentar los tejidos (efecto térmico).
Sin embargo, existen varios miles de estudios que revelan efectos fisiopatológicos más profundos (efectos no-térmicos) y un mecanismo de acción responsable de todos ellos. Se ha observado que la exposición a campos electromagnéticos puede producir afectación neurológica, neuropsiquiátrica, endocrina (hormonal), cardíaca, reproductiva, daño al DNA, entre otros, a través de la activación de los VGCC o canales de Ca++ (calcio) dependientes de voltaje.
No deje de leer este artículo. Cuando haya finalizado deberá decidir entre la versión oficial y la que nos ofrecen miles de estudios realizados por investigadores de renombre. Si se decanta por esta última, debe saber que su salud se encuentra en peligro. Los límites de exposición recomendados por los organismos oficiales, basados en la suposición de efectos exclusivamente térmicos, son muy insuficientes para proteger su salud.
QUÉ SON LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS
Antes de continuar es preciso que tenga unas nociones muy básicas sobre los campos y las radiaciones electromagnéticas.
Un EMF (campo electromagnético) es un área del espacio por la que se propagan ondas electromagnéticas, que transportan energía de un lugar a otro. Tal vez a usted le sea más familiar el término radiación electromagnética, que no es más que las ondas electromagnéticas que transportan energía y se propagan por el espacio.
Según el rango de frecuencia y longitud de onda, las radiaciones electromagnéticas se clasifican en diferentes tipos, dando lugar al denominado espectro electromagnético. Así pueden distinguirse desde los rayos gamma, de muy elevada frecuencia, hasta las radiofrecuencias de extremadamente baja frecuencia, pasando por la luz visible.
También puede clasificarse la radiación electromagnética en dos grandes grupos, de acuerdo con su efecto sobre la materia. Por un lado, tenemos la radiación electromagnética ionizante, cuya frecuencia es superior a 1017 Hz, y la no ionizante, de frecuencia inferior a ese rango.
La radiación ionizante, dada la gran cantidad de energía que transporta (a mayor frecuencia, más energía), puede desprender electrones de los átomos de la materia, originando partículas con carga (o iones) y rompiendo uniones químicas. De este modo, cuando interaccionan con un organismo vivo pueden generar fragmentaciones del DNA, aberraciones cromosómicas e, incluso, la muerte celular.
Sobre los efectos biológicos de la radiación ionizante no caben dudas. Existe un firme consenso. Sin embargo, otro gallo canta cuando se trata de las radiaciones no ionizantes, las cuales no tienen la frecuencia ni la energía necesaria para extraer electrones de la materia y producir ionización. Como consecuencia, no pueden alterar directamente (recuerde, directamente) la estructura del DNA.
CLASIFICACIÓN DE LA RADIACIÓN NO IONIZANTE
Las podemos clasificar en tres grandes grupos.
En primer lugar, se distingue la radiación óptica. Dentro de este grupo, la de mayor frecuencia es la radiación UV (ultravioleta). Proviene del sol y transporta suficiente energía para reaccionar químicamente con la materia. De hecho, gracias a ella tiene lugar la fotosíntesis y la producción de vitamina D en la piel humana. La luz visible, con menor frecuencia, la conocemos todos. Gracias a que interacciona con las células de nuestra retina, podemos ver. Y, por último, la radiación infrarroja.
Para nuestro artículo nos interesan los dos siguientes grupos de radiación no ionizante. Los campos de radiofrecuencia y microondas, por un lado, y los campos electromagnéticos de baja frecuencia, por otro.
Los campos de radiofrecuencia y microondas tienen una frecuencia que oscila entre 30 KHz y 300 GHz. Las fuentes que emiten estos campos se utilizan para transmitir información a grandes distancias. Son principalmente la radio, televisión, los móviles y sus antenas de distribución. En cuanto a sus efectos biológicos, existe una gran controversia. Se reconoce oficialmente el calentamiento, es decir, el aumento de temperatura de los tejidos expuestos. Sin embargo, no todos los investigadores y comités de investigación están de acuerdo, como veremos más adelante, y postulan efectos más profundos y dañinos.
Dentro del tercer grupo, los campos de baja frecuencia (por debajo de 30 KHz), destacan los campos electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja. Son generados por los equipos de generación, transformación, transporte y utilización de la energía eléctrica (50-60 Hz), las líneas de media y alta tensión, aparatos electrónicos y electrodomésticos.
EFECTOS BIOLÓGICOS DE LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS
Ahora sabe que existen diversos campos electromagnéticos, desde los rayos γ (gamma) hasta la luz visible. Sin embargo, a partir de ahora, cuando citemos los campos electromagnéticos haremos referencia a los campos de radiofrecuencias, microondas y a los de baja frecuencia. Para no confundirnos.
La ICNIRP (Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones No Ionizantes) es la organización, reconocida por WHO (Organización Mundial de la Salud), encargada de protegernos contra las radiaciones, valga la redundancia. Para ello, evalúa los resultados de todos los estudios científicos llevados a cabo en el mundo. En base a estos análisis emite un informe cada dos años con las directrices en las que se establecen los límites de exposición recomendados para los campos electromagnéticos. Aunque cada país emite sus propias normas y estándares de seguridad, normalmente se basan en las de la ICNIRP.
Pues bien, la ICNIRP sólo reconoce los efectos térmicos de la exposición a los campos electromagnéticos. Insiste en que todos los efectos biológicos de los campos electromagnéticos se deben al calentamiento de los tejidos. Y en base a esta persistente creencia establece sus normas y límites de seguridad.
¿QUÉ PASA CON LOS MILES DE ESTUDIOS EN CONFLICTO?
El problema es que existen miles de estudios que demuestran efectos no térmicos, incluso muy por debajo de los límites considerados seguros. Y estas publicaciones no son nuevas. Desde los primeros estudios realizados a partir de la década de 1950 en la URSS y en la RDA (Alemania del Este), se han venido sucediendo miles de investigaciones a nivel internacional que informan sobre los efectos no-térmicos perjudiciales de la exposición a los campos electromagnéticos.
Sin embargo, distintos comités de investigadores han argumentado de forma reiterada que sólo deben considerarse los efectos térmicos a la hora de establecer los estándares de seguridad para la exposición. Alegan dos razones fundamentales por las que invalidan los miles de estudios en contra. Lo más suave que afirman es que deben ser tomados con escepticismo y cautela.
En primer lugar, afirman que aún no se ha demostrado ningún mecanismo de acción viable y plausible a través del que se produzcan efectos no-térmicos. Y en segundo lugar, insisten en encontrar inconsistencias y contradicciones en los miles de estudios que concluyen efectos muy dañinos.
Pues bien, infinidad de estudios invalidan el primero de sus argumentos. Se ha demostrado un mecanismo responsable de la mayoría (sino todos) los efectos no-térmicos de la exposición. Se trata de la activación de los VGCC.
ACTIVACIÓN DE LOS CANALES DE CALCIO DEPENDIENTES DE VOLTAJE
A pesar de que los comités científicos de la oficialidad continúan afirmando la inexistencia de un mecanismo biofísico viable, han aparecido numerosas pruebas que demuestran la activación de VGCC por la exposición a EMF.
En células de cultivo se ha observado que la exposición a campos electromagnéticos pulsados, genera un aumento casi inmediato del Ca++ intracelular.
Numerosos estudios informan de un incremento del Ca++ intracelular y la aparición de estrés oxidativo tras la exposición a EMF.
Por si fuera poco, otras investigaciones han demostrado que los fármacos que bloquean los canales de Ca++ bloquean al mismo tiempo los efectos de los EMF. La única conclusión que puede extraerse es, sin duda, que los canales de Ca++ dependientes de voltaje, que se bloquean con dichos fármacos, se encuentran involucrados en la respuesta biológica a los EMF.
En definitiva, los campos electromagnéticos, a diferentes intensidades, frecuencias y patrones de pulsación, actúan a través de la activación de VGCC. Tanto los campos de radiofrecuencia y microondas, como los de frecuencias extremadamente bajas en incluso campos eléctricos y magnéticos estáticos generan efectos que responden a la activación de los canales de Ca++ dependientes de voltaje.
QUÉ SUCEDE CUANDO SE ACTIVAN LOS VGCC
A partir de la activación de VGCC se inicia una cascada de eventos intracelulares, que traen como resultado impactos biológicos a niveles que no generan calentamiento. He aquí un mecanismo de acción plausible a través del que los EMF producen los efectos no-térmicos.
En primer lugar, se produce un aumento de [Ca++]i (concentración de Ca++ intracelular) y un incremento de la señalización del Ca++. Posteriormente aumenta la concentración de una especie reactiva de N (nitrógeno), el ON (óxido nítrico), y una especie reactiva del O2, el O2 – (superóxido). De la reacción entre ambas se forma otra muy peligrosa especie reactiva de nitrógeno llamada peroxinitrito (ONOO−). Ésta es una especie oxidante con capacidad para alterar un gran número de biomoléculas, entre las que se encuentran aminoácidos, proteínas, enzimas y cofactores de enzimas.
En síntesis, la activación por EMF de los VGCC genera un importante estrés nitrosativo y estrés oxidativo, que puede dar como resultado daño estructural -como la lipoperoxidación de las membranas, la oxidación y nitración de proteínas y el daño al DNA- y alteración funcional de la célula.
Se ha podido determinar que el estrés oxidativo y/o nitrosativo están implicados en la aparición y desarrollo de las enfermedades crónicas y degenerativas.
EFECTOS DE LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS EN LA SALUD
Ya hemos hecho mención a los dos primeros efectos al describir el mecanismo de acción de EMF. Decenas de trabajos de revisión demuestran que la exposición a EMF genera (1) un aumento de [Ca++]i, además de (2) estrés oxidativo y nitrosativo.
Mención especial requiere tanto el estrés oxidativo como el nitrosativo, que juegan un importante papel en todas las enfermedades crónicas y degenerativas. Las enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares, envejecimiento, diabetes, cáncer, etc. se asocian con ambos procesos oxidativos. Pero «…esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión…». Por ahora sólo le pedimos que recuerde que la exposición a EMF produce un incremento patológico de estrés oxidativo y nitrativo.
A continuación, vamos a describir con más detalle otros efectos de los campos electromagnéticos en la salud.
EFECTOS TERAPÉUTICOS
No todo es perjudicial, de hecho, los campos electromagnéticos poseen utilidad terapéutica demostrada por numerosos estudios científicos. Por tanto, en buenas manos, bien usados, seleccionados y dirigidos pueden usarse en beneficio de la humanidad.
Hace bastante tiempo que se conoce el efecto de los campos electromagnéticos en la promoción del crecimiento óseo. Dado que mejora la consolidación de fracturas, se usan en el tratamiento de las fracturas óseas.
Más recientemente, se ha observado que, a frecuencias y a intensidades específicas, exhiben efectos antitumorales. Se ha confirmado que detienen la progresión del carcinoma de hígado e inhiben la proliferación de células cancerosas del cáncer de mama.
Estas bondades terapéuticas, que evidentemente no responden al efecto térmico de los EMF, son bien conocidas por los mismos comités científicos que rechazan con rotundidad los efectos no térmicos. ¡Eso sí que es una contradicción!
DAÑO AL ADN CELULAR
Pese a que tanto las organizaciones internacionales como la industria de telecomunicaciones afirman con insistencia que los EMF no tienen efectos sobre la integridad del DNA, decenas de estudios han descrito altas tasas de roturas de la cadena simple y de la doble hebra del DNA celular tras la exposición a EMF pulsados de muy baja intensidad, similares a los generados por un celular o móvil.
Aunque las fracturas simples producen efectos importantes, son las roturas del DNA bicatenario las que originan cambios de enorme envergadura, como roturas cromosómicas, reordenamiento, delecciones, duplicaciones, amplificaciones de genes, etc. Cada uno de estos cambios juega un papel relevante en las mutaciones en seres humano y en el origen del cáncer.
Si los daños en el DNA se produjeran en las células somáticas, las consecuencias las sufriría exclusivamente la persona expuesta a EMF. Sin embargo, las células germinales (espermatozoides y óvulos) también son afectadas, por lo que las mutaciones serían heredadas por generaciones futuras, esto es, nuestros hijos, sobre todo a partir de 3as generaciones.
La exposición de muy baja intensidad utilizada en diferentes estudios indujo un aumento grande en las roturas de DNA. Lo más sorprendente es que la cantidad de rotura fue mayor que las producida por 1500 radiografías. Es decir, una radiación no ionizante de baja intensidad dañó más el DNA celular que una radiación ionizante (Rayos X).
Como ya expusimos, las radiaciones no ionizantes no tienen la energía necesaria para dañar directamente al DNA. Pero existe un mecanismo indirecto que sí puede hacerlo: el estrés oxidativo y nitrativo generado a partir de la activación de VGCC y aumento de [Ca++]i.
EFECTOS EN EL SISTEMA NERVIOSO, INCLUIDO EL CEREBRO
Diferentes estudios epidemiológicos han encontrado efectos de los campos electromagnéticos en la salud del sistema nervioso. Se ha hallado una fuerte asociación entre los problemas médicos más frecuentes del ámbito neurológico/neuropsiquiátrico en la sociedad industrial y avanzada y la exposición crónica a los EMF. Tales trastornos son: fatiga, cansancio, dolor de cabeza, mareos, vértigos, estrés, agitación, irritabilidad, trastornos de sueño, insomnio, cambios de humor, disfunción cognitiva (problemas de memoria, concentración y atención), depresión y ansiedad…
Para los detractores de los estudios observacionales o epidemiológicos tenemos malas noticias. No sólo contamos con dichos hallazgos epidemiológicos, sino con datos experimentales. Se ha observado que tras la exposición a EMF se producen.
- Alteraciones en los parámetros neurofisiológicos y en las oscilaciones bioeléctricas del cerebro.
- Se produce liberación de neurotransmisores que podrían encontrarse detrás de la depresión y otros síntomas neuropsiquiátricos.
Además, se ha observado activación del sistema nervioso simpático coincidente con una regulación negativa del sistema nervioso parasimpático, actividad típica de la respuesta de lucha o huida. Esta activación no puede prolongarse mucho tiempo sin que aparezcan trastornos de la salud. Léase nuestro artículo «Los adaptógenos y el estrés».
Y, por si fuera poco, existe evidencia que sugiere un impacto sobre la estructura y función cerebral a través del mecanismo citado: la activación de VGCC. Por ejemplo, el aumento [Ca++]i conduce a la alteración del ritmo circadiano y de la síntesis de melatonina. Ya tienen ahí una explicación para los trastornos del sueño.
Por último, se ha informado la aparición de demencias de inicio muy temprano. Adultos jóvenes de 30 años han desarrollado la enfermedad de Alzheimer y se sospecha que podría deberse a la exposición crónica y uso intensivo a los dispositivos digitales.
UN CASO ESPECIAL: LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER
Se ha sugerido que la cascada de eventos celulares que se origina con la activación del VGCC tras la exposición a EMF juega un papel importante en el origen de la enfermedad de Alzheimer.
Parece existir una relación circular entre el aumento [Ca++]i y la proteína B-amiloide, involucrada en la patogénesis del Alzheimer. Se sabe que la B-amiloide se produce al aumentar la [Ca++]i. Al mismo tiempo se ha observado que forma canales de Ca++, por lo que podría aumentar [Ca++]i. Esto no es más que un circulo vicioso.
He aquí un mecanismo viable para el origen del Alzheimer: los aumentos de [Ca++]i originados por EMF podrían incrementar la B-amiloide.
Estudios en ratones respaldan el papel de los campos electromágneticos en la génesis del Alzheimer. En cualquier caso, estudios epidemiológicos han demostrado una relación entre la exposición a EMF de muy baja intensidad (50-60 Hz), la activación de VGCC y la incidencia de la enfermedad de Alzheimer. Otros estudios apoyan la hipótesis de que la exposición a EMF de frecuencia de microondas produce aumentos de B-amiolide a través de la activación de VGCC y el consiguiente aumento [Ca++]i.
EFECTOS DE LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS EN LA SALUD REPRODUCTIVA
El recuento de espermatozoides se ha reducido en unas décadas a menos de la mitad. Recordamos cuando éramos estudiantes y el profesor nos decía que un recuento bajo, rozando la infertilidad, equivalía a 100-120 millones de espermatozoides por mm3 de eyaculado. Hoy en día se considera como recuento bajo, 15 millones. En fin, eso lo dice todo.
Existe una gran evidencia de que la exposición a EMF produce no sólo un conteo bajo de espermatozoides, sino tasas mayores de aborto espontáneo, reducción de los niveles de estrógenos, progesterona y testosterona, así como una disminución de la libido. Estos efectos contribuyen en gran medida a los enormes problemas de fertilidad, tanto masculina como femenina, y a la reducidísima tasa de fecundidad que actualmente padecen los países tecnológicamente avanzados.
Pero -… no se vayan todavía, que aún hay más…-, como dijera super-ratón. Existe evidencia que indica que los espermatozoides expuestos a EMF de frecuencia de microondas emitidos por dispositivos móviles desarrollan un daño notablemente mayor en su DNA mitocondrial y mueren 3 veces más rápido. Además, la reducción de la fertilidad puede deberse a otros mecanismos, tales como la fragmentación del DNA espermático, la remodelación del tejido ovárico y la apoptosis (muerte programada) del ovocito.
Así que se sugiere que la infertilidad originada en la exposición a EMF se debe al efecto en el sistema hormonal y a los daños estructurales y funcionales en los tejidos reproductivos originados por el estrés oxidativo sobre la función mitocondrial y en el DNA (roturas).
EFECTO CANCERÍGENO
Si bien es cierto que WHO ha reconocido que la exposición a EMF de muy baja frecuencia y de radiofrecuencia/microondas son posibles cancerígenos (grupo 2B), no es suficiente.
Al menos 35 estudios científicos relacionan la exposición a EMF con una mayor incidencia de diferentes tipos de cáncer. Se ha observado que las personas que viven cerca de torres de distribución de telefonía celular presentan una mayor tasa de cáncer. Asimismo, entre los usuarios de teléfonos móviles, el cáncer cerebral (como los agresivos gliomas) cada vez es más frecuente, y curiosamente en el lado del cerebro donde suelen aplicar el dispositivo.
Aunque existen diferentes mecanismos que explican la carcinogénesis por exposición a EMF, aquí trataremos uno concreto. Se ha demostrado que el estrés oxidativo y el peroxinitrito, en definitiva, el efecto originado por los radicales libres, juegan un papel esencial en el mecanismo de la carcinogénesis inflamatoria. Este es el tipo de carcinogénesis que tiene lugar en los tejidos con inflamación crónica. De ahí que se piense que la activación de VGCC por EMF, y el resultante estrés oxidativo y nitrosativo, pueda encontrarse en el origen del cáncer, teniendo en cuenta que se trata de un mecanismo semejante al que da origen a la carcinogénesis inflamatoria.
EFECTOS DE LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS EN LA SALUD CARDÍACA
Se ha observado que en personas con sensibilidad electromagnética (síndrome de hipersensibilidad electromagnética, al que reservamos un artículo futuro) se producen de forma casi inmediata taquicardias, que en ocasiones vienen acompañadas de arritmias. Otros efectos en estas personas sensibles son las palpitaciones.
Las exposiciones más prolongadas a EMF pueden desencadenar arritmia, que en ocasiones puede acompañarse de bradicardia. Cuando aparecen juntas se asocian con muerte súbita.
Se ha propuesto un mecanismo, que a buen seguro le sonará, para estas alteraciones eléctricas del corazón. Verá, la regulación del latido cardíaco se produce en un grupo de células especializadas, ubicadas en la aurícula derecha y conocido como nódulo SA (sinoauricular) o marcapasos cardíaco. Curiosamente, estas células marcapasos presentan en su membrana plasmática altas densidades de VGCC (canales de Ca++ regulados por voltaje). De ahí que sean particularmente sensibles a los EMF.
Por si fuera poco, un estudio halló que los EMF pulsados de frecuencia de microondas originan remodelación en el tejido cardíaco, semejante al encontrado en la insuficiencia cardíaca, y que afecta en especial al nódulo SA.
OTROS EFECTOS DE LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS EN LA SALUD
La lista de efectos de los campos electromagnéticos en la salud daría para un post interminable. Así que hemos decidido hacer una lista de algunos que se nos han quedado en el tintero. En futuros artículos trataremos estos efectos nocivos en particular.
- Alteración de la función inmune:
- A través de la estimulación de varias respuestas alérgicas e inflamatorias, así como los efectos en los procesos de reparación de tejidos. Si duda, tales cambios incrementan el riesgo de padecer diversas enfermedades, incluidas las infecciosas.
- Reducción del recuento de glóbulos blancos y aumento de las tasas de mutaciones en linfocitos.
- Disminución de la secreción de melatonina, hormona relacionada con el ritmo circadiano, la inducción del sueño y la regulación inmunológica.
- Efectos sobre la captación y transporte de O2.
- A través de la aglomeración de los glóbulos rojos o fenómeno de Rouleaux.
- El peroxinitrito producido por la exposición a EMF puede interaccionar con el aminoácido histidina y proteínas que contienen iones metálicos como el Fe (hierro), Cu (cobre) y Mn (manganeso). Dado que la Hb (hemoglobina), proteína presente en los glóbulos rojos y encargada de captar y transportar oxígeno, contiene histidinas (que enlazan con el oxígeno) y Fe, los EMF podrían interferir en la función de la misma.
- Aumento de la apoptosis o muerte celular programada.
- Ruptura de la barrera hematoencefálica (BHE). El peroxinitrito trae consigo la apertura de las proteínas de unión estrecha de la BHE.
- Efectos generalizados sobre el sistema endocrino (hormonal). Al menos 12 revisiones científicas encontraron reducciones de las hormonas esteroideas (como las sexuales), las neuroendocrinas y la insulina con la exposición prolongada a EMF.
EFECTOS ACUMULATIVOS Y PROBABLEMENTE IRREVERSIBLES
Haciendo un breve recopilatorio, hemos aportado datos sobre los efectos de los campos electromagnéticos en la salud de nuestro material genético, en el sistema nervioso, reproductivo, corazón, así como en relación con su actividad cancerígena. También hemos hecho hincapié en que el estrés oxidativo y nitrosativo, como el generado por los EMF, se encuentra en el origen de todas las enfermedades crónicas y degenerativas.
Si la información recogida hasta este momento sobre los efectos de los campos electromagnéticos en la salud no es suficiente para suscitar su preocupación, debe saber algo. Hay evidencia suficiente para afirmar que los efectos neurológicos, cardíacos, reproductivos y las alteraciones del DNA son acumulativos y probablemente irreversibles.
El profesor Karl Hecht ha llevado a cabo un análisis sistemático de la literatura científica soviética sobre los efectos a largo plazo de la exposición a EMF. Sus conclusiones, publicadas en un extenso informe de 2016, no pueden dejar indiferente a nadie.
Hecht revisó más de 60 estudios sobre la exposición ocupacional realizados en la URSS y RDA entre 1960 y 1996. En esos estudios, 3500 personas estuvieron expuestas a EMF de frecuencia de microondas durante tiempos prolongados. ¡Ah! Y a una intensidad mil veces menor a la de los límites actuales de seguridad. Pues bien, encontró que las personas expuestas durante 3 años mostraban una actividad aumentada del sistema nervioso simpático, semejante a una respuesta al estrés. En una exposición más prolongada, entre los 3 y 5 años, aparecían efectos neurológicos, neuropsiquiátricos y cardíacos. Y estos efectos podían revertirse si se separaba a los afectados de los EMF durante 2-3 años. Sin embargo, las exposiciones superiores a 5 años producían efectos más severos (peores cuanto más tiempo de exposición), que no pudieron revertirse en un entorno sin exposición a EMF.
A LOS RATONES LES SUCEDE LO MISMO
A la misma conclusión llegaron otros investigadores tras estudiar la exposición prolongada en animales de experimentación (ratones). La exposición durante 2 meses indujo cambios en la estructura neuronal y cerebral de los animales. Cambios que pudieron revertirse en 24 horas en un entorno libre de radiación. Sin embargo, una exposición más prolongada produjo alteraciones estructurales que fueron totalmente irreversibles. En estos estudios se observó que el cerebro, corazón y gónadas (testículos y ovarios) fueron los órganos más afectados por los EMF.
En ratones se observó que la fertilidad se veía afectada casi inmediatamente después de exponerlos a EMF. Y que la exposición más prolongada reducía casi totalmente su capacidad reproductiva.
LOS NIÑOS SON VÍCTIMAS MÁS VULNERABLES
En la citada revisión del Dr. Hecht se informa que los más jóvenes muestran una susceptibilidad incrementada a los EMF. Parecen que son más sensibles que los adultos.
No es nada nuevo, teniendo en cuenta que los niños tienen cráneos más pequeños y de paredes con menor grosor. Esto permite que sus cerebros reciban mayores dosis de radiación si se exponen a campos electromagnéticos.
Sin embargo, podrían existir otras razones. Se ha demostrado que las células madre embrionarios son más sensibles a los EMF. Como los niños poseen una elevada densidad de este tipo de células (densidad que va reduciéndose con la edad), se sugiere que son más susceptibles a los efectos de los campos electromagnéticos. Esta mayor actividad de los campos electromagnéticos sobre las células madre podría relacionarse con una mayor susceptibilidad a la interrupción del desarrollo cerebral. De ahí que se relacione la exposición a EMF prenatal con el autismo y TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad).
Pero aún hay más. Si a los daños ocasionados en el DNA celular se le suma la mayor tasa de división celular de los niños, tenemos un escenario que podría relacionarse con una mayor susceptibilidad al cáncer por exposición a campos electromagnéticos.
POR QUÉ SE PRODUCEN CONTRADICCIONES EN LOS ESTUDIOS
Hemos hecho referencia a los dos argumentos utilizados por las organizaciones y la industria de las telecomunicaciones para rechazar los miles de estudios que confirman los nocivos efectos de los campos electromagnéticos sobre la salud.
El primero de ellos es la inexistencia de un mecanismo de acción que explique los efectos no térmicos de EMF. Buen argumento. Lo cierto es que no es lógico afirmar que a esto sigue aquello cuando no existe una conexión lógica alguna (Non sequitur). Tampoco puede asegurarse que algo sea la causa simplemente porque ocurrió antes (Post hoc ergo propter hoc). Sin embargo, hemos demostrado que existe un mecanismo viable: la activación de los canales de calcio regulados por voltaje ¿Y ahora qué?
Tienen un segundo argumento, que gira en torno a los conflictos y contradicciones existentes en la literatura científica.
Verá. No todos los campos electromagnéticos producen los mismos efectos. Se sabe que los campos pulsados, como los emitidos por los dispositivos de comunicación inhalámbrica, tienen mayor actividad biológica que los campos no pulsados o continuos.
Por otra parte, no siempre se cumple la regla según la cual cuanto mayor sea la intensidad de exposición, mayor será el impacto biológico. Diferentes estudios han demostrado la existencia de ventanas de intensidad que son más activas que las intensidades más bajas y más altas.
Aún hay más. No todas las células son igualmente sensibles a la exposición a EMF. Es decir, un mismo campo electromagnético no induce la misma respuesta biológica en diferentes tipos celulares.
Otros factores implicados en la respuesta biológica a los EMF son la frecuencia, la polarización del campo, etc. Por tanto, no existe una relación lineal dosis-respuesta, de ahí que la respuesta biológica sea heterogénea y los estudios parezcan contradictorios e inconsistentes.
UN EJEMPLO
Le pondremos un ejemplo. Los dos pilares del método científico son la reproducibilidad y la falsabilidad (refutabilidad). Si nosotros realizamos un estudio científico, usted debe poder reproducirlo (reproducibilidad), es decir, hacerlo de nuevo, y someterlo a prueba para refutar o verificar sus conclusiones (falsabilidad). Suponga que diseñamos un estudio sobre la exposición a EMF y lo llevamos a cabo según una metodología. Y hallamos tasas elevadas de roturas del DNA. Si usted quiere refutar las conclusiones, debe realizar el mismo estudio, en idénticas condiciones, con el mismo diseño y metodología. De lo contrario, no podrá afirmar que nuestra hipótesis es falsa.
Y esto es, ni más ni menos, lo que ha ocurrido. Algunos investigadores encuentran alteraciones de la integridad del DNA, por ejemplo, y otros no. Las diferentes conclusiones son el resultado de la heterogeneidad del impacto biológico, de las diferencias en el diseño y metodología del estudio. En un estudio se usaron campos no pulsados, a una intensidad determinada sobre un tipo celular en particular; y en otro estudio, se barajaron variables diferentes.
CONCLUSIONES FINALES SOBRE LOS EFECTOS DE LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS EN LA SALUD
Las organizaciones de protección contra la radiación no ionizante establecen límites de seguridad para la exposición pública a EMF basadas en la suposición de que sólo producen daño térmico. No obstante, miles de estudios contradicen esta suposición y concluyen que, muy por debajo de estos límites de seguridad, los EMF originan efectos no térmicos muy nocivos para la salud humana.
Aun así, las organizaciones desechan toda la evidencia científica contraria a sus postulados e insisten en que no existe una base científica para la ocurrencia de riesgos para la salud. Afirman que no existe riesgo si se permanece dentro de los límites recomendados.
No obstante, un gran cúmulo de evidencia respalda numerosos impactos fisiopatológicos, como resultado de la activación de VGCC. Entre estos impactos destacan: daño por estrés oxidativo/radicales libres, daño al DNA celular, efectos neuropsiquiátricos, cardíacos, reproductivos y cancerígenos.
RECOMENDACIONES FINALES
En nuestra opinión, usted debería considerar que a nivel mundial la exposición a EMF no sólo sigue creciendo, sino que se despliegan nuevas tecnologías (léase la nueva implantación de telefonía celular) con peores efectos para la salud. También debería considerar la gran cantidad de estudios que contradicen la versión oficial. Como estamos convencidos de que, al menos a corto plazo, no se reconocerán los perjudiciales efectos de los campos electromagnéticos sobre la salud ni se revisarán los estándares de seguridad (totalmente inadecuados, en nuestra opinión), le aconsejamos que adopte medidas personales de protección. En futuros post las iremos tratando.
En definitiva, tenemos una tecnología ubicua y en expansión en todos los países desarrollados, donde se ha producido una explosión en las últimas décadas de enfermedades crónicas y degenerativas, de trastornos neuropsiquiátricos y problemas de fertilidad ¿Podría existir relación? Creemos que sí.
Está en su derecho si cree que somos unos alarmistas. En ese caso, sólo le pedimos que tenga en cuenta que WHO ha clasificado los campos electromagnéticos de radiofrecuencia (como los emitidos por los móviles y WiFi) como posibles cancerígenos (clase 2B).
REFERENCIAS CIENTÍFICAS
De entre los miles de estudios relacionados con los efectos de los campos electromagnéticos en la salud, hemos seleccionado un pequeñísima muestra para usted.
Efectos biológicos no-térmicos de EMF microondas.
Mecanismo biofísico para los efectos no-térmicos.
Los EMF activan VGCC para inducir impactos biológicos a niveles no-térmicos.
Evidencia de la participación del peroxinitrito en diversas enfermedades.
Wifi, amenaza para la salud humana.
Evidencia epidemiológica de los efectos de microondas.
Revisión de Karl Hecht sobre la exposición prolongada a la contaminación electromagnética.
Informe del Instituto de investigación médica naval. Incluye más de 2000 referencias sobre las respuestas biológicas a los EMF de radiofrecuencia y microondas, publicadas hasta junio de 1971.
La mortalidad en la enfermedad de Alzheimer asociada con la potencia de salida del teléfono móvil.
Asociación entre los campos electromagnéticos de muy baja frecuencia y la enfermedad de Alzheimer.
Evidencia de asociación entre EMF de baja frecuencia y enfermedades neurodegenerativas.
Vínculo entre el uso prolongado de teléfonos celulares y el desarrollo de tumor cerebral.
Alteración del material genético y genotoxicidad de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia.
Campos electromagnéticos y daños en el DNA.
Telefóno celular y problemas de comportamiento en niños.
P´REZ&MÜLLER
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6 Comments on “EFECTOS DE LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS EN LA SALUD”
Buff. Sabía que las radiaciones no eran buenas, pero tan perjudiciales no sabía. Muy buena información, documentada y detallada. Muchas gracias.
Pues sí, Francisco. Muchas gracias. La exposición prolongada a los campos electromagnéticos son tremendamente perjudiciales. Hay que protegerse de ellos. Ya le mostraremos cómo hacerlo.
Gracias ¿sabeis algun estudio que cruze el mapa de los campos EM y el mapa de las enfermedades en la población?, un saludo
Hola, Pere, muchas gracias por tu comentario. Creemos que un estudio observacional o epidemiológico de esa envergadura no existe. En cualquier caso, sería muy difícil demostrar a través de ese tipo de estudio la asociación entre enfermedad y exposición a los campos electromagnéticos, dada la imposibilidad de aislar el efecto de otros factores nocivos. Evidentemente, existe una relación entre la incidencia de enfermedades crónicos-degenerativas en los países desarrollados y la mayor expansión de las tecnologías inhalámbricas, pero como hemos dicho, sería imposible atribuir una relación causal inequívoca entre ambas variables, porque existen otros factores en la sociedad occidental involucrados: contaminación, alimentación, sedentarismo, estrés psicológico, abuso de tóxicos… Reciba un cordial saludo.
Muchas gracias por su trabajo hace meses que estoy estudiando el tema y en concreto las mediciones intento obtener umbrales seguros de los estudios no oficialistas para probar la exposición a la que estamos sometidos
Gracias a usted, Xavi. Le animamos a que siga investigando como hasta ahora. Reciba un afectuoso saludo.