EL ORIGEN DE LAS COINCIDENCIAS SIGNIFICATIVAS: SINCROARMONÍA CUÁNTICA (PARTE III)

Coincidencias significativas
4.9
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El siguiente artículo es la tercera y última parte de la trilogía sobre la SincroArmonía Cuántica. Trataremos de desgranar y sintetizar para usted los conocimientos que pueden darle respuesta. Ahora bien, para comprender mejor el contenido del post, le recomendamos, querido lector, que antes de continuar, se adentre en el mundo de las coincidencias significativas leyendo las dos primeras partes:

JUNG Y LAS COINCIDENCIAS SIGNIFICATIVAS: LA SINCRONICIDAD

Carl Gustav Jung, psiquiatra y psicólogo suizo, trataba periódicamente a un paciente psicótico en su consulta. Era una persona que no había recibido una educación formal y, sin embargo, un día lo sorprendió con una extraña explicación sobre el origen del viento. Se acercó con nerviosismo a Jung, lo condujo a una ventana y le dijo:

– … Doctor, ahora, ahora usted va a ver… Mire el Sol cómo se mueve. Si mira al Sol y mueve la cabeza, verá las aspas y ese es el origen del viento… –

En un principio, Jung creyó que aquella reseña era fruto de su perturbada mente, pero la guardó en su corazón. Unos años más tarde, mientras ojeaba el escrito de un historiador alemán sobre el culto del dios Mitra, se asombró al leer la misma descripción sobre el viento que el psicótico le había relatado.

Este acontecimiento llevó a Jung a recopilar e investigar fenómenos similares de coincidencias significativas. ¿De dónde había extraído el psicótico la información sobre el origen del viento? No había tenido educación ni podía haber leído el libro del historiador porque sería publicado más tarde. Como mencionamos en el primer post, Jung creyó que, tal vez, la mecánica cuántica y las extravagantes, ilógicas y paradójicas propiedades del mundo de las partículas subatómicas, pudieran arrojar algo de luz al asunto. Así que acabó recurriendo a su amigo, el premio Nobel y uno de los padres de la mecánica cuántica, Wolfgang Pauli

[bctt tweet=» Hay partes de la psique que no están limitadas al tiempo y al espacio. -Carl G. Jung-» username=»»]

LOS MISTERIOS DE LA FÍSICA CUÁNTICA

Como cabría esperar no existe consenso en la comunidad científica a la hora de dar explicación a los fenómenos paradójicos de la mecánica cuántica, los cuales desafían el sentido común. De hecho, nadie puede afirmar que comprenda realmente la teoría cuántica. ¿Cómo es posible que un objeto cuántico pueda estar en dos sitios simultáneamente o que dos objetos cuánticos compartan información de forma instantánea? ¿Cómo puede concebirse que el acto de conocer produzca el colapso de un determinado estado cuántico?

No cabe duda de que estos fenómenos fantasmales, estas propiedades cuánticas que desafían toda lógica, no son evidentes en el mundo macroscópico. En la realidad tangible el principio de indeterminación desaparece, ningún objeto físico puede estar en muchos lugares a la vez, y la comunicación entre dos partículas se realiza mediante un intercambio de información que tarda un tiempo en cruzar el espacio que las separa. Asimismo, los objetos son independientes de los sujetos que los observan, es decir, tienen una existencia separada, autónoma y en sí misma.

La razón que se esgrime de por qué estos fenómenos no afectan al mundo macroscópico es la llamada decoherencia cuántica. Cuando un sistema de partículas aumenta de tamaño, interacciona con el entorno hasta el punto de perder la coherencia cuántica y, por tanto, esas propiedades fantasmagóricas. Así se convierte en un sistema físico clásico.

Propiedad fantasmal, el entrelazamiento cuántico

Entrelazamiento cuántico y coincidencias significativas

UN CASO EXCEPCIONAL

Los objetos macroscópicos no expresan propiedades cuánticas. Al menos globalmente. Las personas no andan por ahí “teletransportándose” desde casa al trabajo. Ni tampoco puede verse a fulanito en Nueva York y Madrid al mismo tiempo, ¿no es cierto?

Sin embargo, la espiritualidad cristiana recoge en los evangelios un ejemplo de organismo macroscópico con atributos cuánticos. Tras su resurrección, Jehoshua adquiere un cuerpo glorificado. Según sus palabras, se trata de un cuerpo físico, pero evidentemente es distinto al de carne y huesos que exhibimos el resto de la humanidad. No parece estar limitado o sujeto por las leyes del espacio y del tiempo. Aparece y desaparece a voluntad, atraviesa paredes y puede estar en varios lugares al mismo tiempo, como si de una partícula subatómica se tratase. 

El caso de Jehoshua es excepcional, para muchos un cuento chino y para otros un relato alegórico. De lo que no cabe duda es que en la realidad de los fenómenos tangibles ningún organismo macroscópico en su conjunto se comporta como una partícula.

No obstante, ante la existencia de fenómenos sorprendentes en el reino de los seres vivientes, hay quienes se han preguntado si las extrañas cualidades cuánticas podrían tener algún papel importante en la dimensión de la experiencia cotidiana.

BIOLOGÍA CUÁNTICA: LA UNIDAD CUÁNTICA DEL SER HUMANO

Algunos experimentos controlados en laboratorio han conseguido conservar el entrelazamiento cuántico en el nivel macroscópico, más allá de las partículas aisladas.Que esto suceda en el mundo real es otra historia.

La biología cuántica, una ciencia aún en ciernes, ha conseguido demostrar que las propiedades de la mecánica cuántica no sólo se manifiestan a escala subatómica. Se han podido evidenciar en algunas estructuras y procesos biológicos como, por ejemplo, en el ADN, la fotosíntesis, el sentido del olfato, la brújula de las aves migratorias y las reacciones enzimáticas.

Aunque los mecanismos se desconocen, se sabe que de algún modo los organismos son capaces de evitar la decoherencia cuántica. Como consecuencia, desplegarían «fenómenos fantasmagóricos» en ciertas estructuras y procesos macroscópicos. Un ejemplo conocido es el de las aves migratorias. Un estudio de 2008 reveló que su conocida capacidad de orientarse en el espacio responde a una conexión cuántica entre el campo magnético terrestre y las retinas de las aves.

Aves migratorias y orientación cuántica

CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS COMO SOPORTE DE LA INFORMACIÓN

En nuestra opinión, los sistemas de control y regulación, basados en la interacción local de partículas y moléculas como vía de transmisión de la información, no pueden dar cuenta del complejísimo funcionamiento del organismo. No basta el sistema nervioso, el endocrino y el inmunológico para explicar la coherencia que mantiene la vida. Se requieren procesos de transmisión y procesamiento de información que, como mínimo, alcancen la velocidad de la luz.

Richard Popp es uno de los no pocos estudiosos que creen que es literalmente imposible coordinar y controlar las miles de reacciones fisicoquímicas (hasta 100000 procesos enzimáticos por segundo) que ocurren en cada célula a través de los sistemas de comunicación materiales que hemos citado. Según este científico el ADN de las células produciría un campo electromagnético (de energía) con capacidad de información. El campo electromagnético del organismo, que sería el resultado del acoplamiento de los campos de cada una de las células, en conjunción con los sistemas nervioso, endocrino e inmune sería el encargado de coordinar todos los procesos que tienen lugar en el organismo

Pero la biología cuántica va más allá.

CAMPOS CUÁNTICOS COMO SOPORTE DE LA INFORMACIÓN

Habiéndose demostrado la importancia de las propiedades cuánticas en los sistemas biológicos ¿no podría ser que dichas propiedades jugaran un papel necesario en el conjunto del organismo? El científico húngaro Ervin Laszlo nos aporta evidencias de que nuestro cerebro no sólo procesa información a nivel electroquímico, sino cuántico. De este modo se explicaría la elevadísima velocidad y complejo procesamiento cerebral, gracias al cual el organismo mantendría su coherencia y coordinación.

No son pocos, de hecho cada vez son más, los científicos que piensan que las partículas que constituyen el organismo se hallan entrelazadas cuánticamente. Como resultado, la información no sólo se recibiría y transmitiría a nivel bioquímico o electroquímico, sino que estaría disponible de forma instantánea a través de las distancias de la economía orgánica. O expresado con otras palabras, la información necesaria para el mantenimiento de la coherencia y coordinación orgánica se transmitiría de forma local (impulsos nerviosos, citoquinas, hormonas, etc) y también no-local (a nivel cuántico).

Pero, ¿y si, como menciona el profesor Quantum en el vídeo, todas las partículas del universo, no sólo las del organismo, estuvieran entrelazadas cuánticamente, teniendo en cuenta que proceden de un instante inicial, antes del big bang, donde todo estaba entrelazado?

CONEXIÓN CUÁNTICA DE LA HUMANIDAD CON EL COSMOS. ORIGEN DE LAS COINCIDENCIAS SIGNIFICATIVAS

MODELO HOLOGRÁFICO

Un holograma es un objeto cuyas partes poseen toda la información de la totalidad. Si usted rompe un objeto holográfico y observa uno de los trozos, podrá percatarse de que el objeto completo se encuentra en él. Para que lo entienda mejor, pondremos un ejemplo. Cada célula del organismo, da igual que sea intestinal,  muscular o dérmica, posee en su ADN la información del resto del organismo. En este sentido, podría considerarse al ser humano un holograma, porque sus constituyentes más pequeños, las células, contienen la información de la totalidad orgánica.

Para el psicólogo y psiquiatra Karl H. Pribam, el cerebro estaría conectado con el resto de la realidad. No recurre al entrelazamiento cuántico, sino al fenómeno holográfico. Desde su perspectiva, el cerebro es un holograma que reproduce e interpreta al holograma mayor al que pertenece: el universo. En otras palabras, el cerebro sería una parte de un holograma mayor que lo engloba, por lo que tendría a su disposición toda la información del universo. Sin salir de casa, podríamos conocer marte, 😆 

LA TOTALIDAD Y EL ORDEN IMPLICADO

David Bohm, con base en el modelo holográfico de Karl H. Pribam, desarrolla su teoría de la totalidad y el orden implicado. Otra forma científica de explicar la íntima conexión del ser humano con el cosmos.

Según Bohm, no es el azar, la indeterminación y la incertidumbre las que gobiernan el mundo subatómico. Antes al contrario, es el profundo orden, al que denomina orden implicado. Este orden abarca, subyace, atraviesa, impregna, conecta todo lo existente y es el que determina todo cuanto acontece en ese mundo fantasmagórico de las partículas y en el determinista mundo ordinario macroscópico.

Este campo de información universal, que proporciona el orden implicado, sería en última instancia el responsable de las partículas. Constituiría la matriz que gobierna el mundo material.

A Albert Einstein, maestro de Bohm, no le quedó otra opción que afirmar:

[bctt tweet=»No hay lugar en esta nueva clase de física para el campo y la materia; ya que el campo es la única realidad. -Albert Einstein-» username=»»]

De ahí que Bohm señale que el universo sensible, al que denomina orden explicado, no esté, a decir verdad, constituido por un conjunto de partes separadas e independientes. Su naturaleza íntima sería una totalidad indivisible, que interconecta y proporciona orden a todo, y que obedece las leyes cuánticas.

Por tanto, las partículas del universo no estarían conectadas sólo a través de la información transmitida mediante los limitados intercambios locales (en el espacio) de materia y energía. La unión de todas las cosas dependería también de la información presente, disponible y circulante en el campo universal (u orden implicado). 

El efecto fantasmagórico a distancia, que a Einstein lo traía de cabeza, es en realidad la transferencia instantánea de una señal con información, a gran distancia, a través de este campo cuántico.

TEORÍA DEL CAMPO MÓRFICO

La teoría de Bohm tiene semejanzas con la de los campos y resonancias mórficas de Rupert Sheldrake. Según este biólogo y filósofo británico, el campo mórfico vendría a ser equivalente al orden implicado, una especie de estructura energética que organiza la vida a través de la resonancia mórfica, que sería la vía de transmisión de la información.

Desde esta perspectiva, la información circula instantáneamente, estando disponible para cada célula que compone un organismo vivo. E incluso entre los miembros de la misma especie. Véase el ejemplo de sincroarmonía en los macacos de Japón descrita en el segundo post de la saga.

HIPÓTESIS DE LA REDUCCIÓN OBJETIVA ORQUESTADA

Según el físico Roger Penrose y el neurofisiólogo Stuart Hameroff, la conciencia no es el producto de la actividad neuronal electro-bio-química, sino de la cuántica que ocurre en los microtúbulos de la estructura neuronal. Gracias a la naturaleza cuántica de la conciencia, podemos conectarnos y recibir la información del campo cuántico.

Los holandeses Dirk K. F. Meijer y Hans J. H. Geesink conciben la mente como una estructura de carácter holográfico, situada alrededor del cerebro, capaz de recibir información del resto del universo a nivel cuántico. Por un lado, estaría conectada a través de entrelazamiento cuántico con el campo gravitatorio terrestre, el campo magnético, etc. Por otro lado, la mente mantendría conexión con la matriz de información universal (orden implicado, vacío cuántico, registro akhásico, matriz creadora,…).  

Conciencia cuántica y coincidencias significativas

La conciencia cuántica y coincidencias significativas

EL CAMPO AKÁSHICO

Hace miles de años, los sabios hindúes hablaron del registro akáshico, una matriz que todo lo abarca y une, donde está disponible toda la información del universo. En este concepto veda y en la teoría de la totalidad y el orden implicado de Bohm se inspiró el científico húngaro, Ervin Laszlo, para desarrollar su teoría sobre el campo akáshico.

Según el científico, la constitución última del universo no es el espacio y la materia, sino la energía y la información. La energía se propaga por el campo akáshico cargada de información y gracias a ello el universo no es un amasijo de materia inerte a la deriva. Es evidente que la existencia tangible presenta una estructura, un orden, una organización, unas leyes,… que son el resultado, según Lazslo, de la energía y la información del campo akáshico.  

Para que podamos entender, Laszlo afirma que la energía sería análoga al hardware del universo y la información, al software. El hardware y el software del universo son los que proporcionan coherencia a los campos y fuerzas de la física.

Pero el científico húngaro va más allá, introduciéndose en un terreno vedado, el más dogmático de la ciencia: la evolución. Afirma que la evolución no es el resultado del ciego azar y la casualidad. En su opinión, la información del campo akásico gobierna y guía el proceso evolutivo en cada una de sus fases.

Por último, Lazslo propone que el campo akáshico es holográfico, por tanto, toda la información del universo se encuentra contenida en cualquiera de sus partes, por muy minúsculas que estas sean. Su afirmación nos lleva a concluir que, siendo el ser humano parte del campo, la información se halla a su disposición.

LAS ANTIGUAS COSMOVISIONES

Cuando los físicos se enfrentaron al mundo de las partículas subatómicas, no dieron crédito a lo que observaron. Finalmente, tuvieron que aceptar los fantasmagóricos fenómenos cuánticos, aunque sus interpretaciones fueran divergentes. En cualquier caso, la física cuántica ha abierto el camino a un nuevo paradigma científico, que se extiende a todas las disciplinas de conocimiento. Fruto del nuevo paradigma son las teorías mencionadas en este post, que tienen evidentes resonancias no sólo en la espiritualidad oriental, sino en la de muchas otras de occidente y sociedades indígenas. 

Jung, junto a su amigo Pauli, llegaron a la conclusión de que las coincidencias significativas o SincroArmonía son manifestaciones del Unus Mundus, término prestado del filósofo griego Heráclito. Este concepto hace referencia al principio unificador del universo, que subyace a todo elemento de la realidad tangible. La noción de Unus Mundus permea su teoría del inconsciente colectivo, al que denomina Alma del mundo, la cual, según Jung, contiene estructuras simbólicas comunes a la humanidad, que determinan peculiares patrones de conducta.

La totalidad y orden implicado de Bohm, el campo akásico de Lazslo, el campo mórfico de Sheldrake, el universo holográfico de Pribam, el vacío cuántico, el campo de punto cero, etc., son diferentes conceptos para definir lo mismo. Todos son coherentes con la cosmovisión oriental y las concepciones indígenas sobre la existencia. Éstas consideran que el universo es una unidad, constituida por elementos que se encuentran estrechamente interrelacionados y son interdependientes. Desde esta perspectiva, la realidad tangible, la que podemos ver y tocar, no sería más que un reflejo o manifestación del principio subyacente, que es Uno. Y la fragmentación que percibimos en esta realidad tangible no sería más que una ilusión. El Uno sería el origen, lo que proporciona la estructura, el orden y es la fuerza motriz de la realidad visible.

EL COLLAR DE PERLAS DE INDRA

Todas las tradiciones espirituales tienen en común su convencimiento acerca de la profunda conexión de la humanidad con el cosmos.

La tradición espiritual védica nos proporciona una imagen alegórica de esta realidad única, holográfica, en la que todo lo que existe se encuentra en interconexión e interdependencia mutua. Es la conocida metáfora del collar de perlas de Indra. Se trata una red de hilos de seda, una especie de telaraña, que se extiende infinitamente en todas las direcciones. En cada nudo o intersección de los hilos se halla una perla preciosa. Hay infinitas perlas dispuestas en la telaraña y cada una de ellas refleja en su superficie a todas las demás de la red.

Realidad unificada y holográfica: el collar de Indra

Coincidencias significativas y el collar de Indra

BRAHMAN Y LOGOS

Muchas tradiciones espirituales conciben la realidad o principio unificador como impersonal, cuya existencia es eterna y para la eternidad. Tal es el caso del budismo o taoísmo. Sin embargo, existen otras tradiciones que postulan que la matriz unificadora emana o fue creada por la Divinidad personal. 

Dentro de este segundo grupo encontramos la espiritualidad védica y judeocristina. La metáfora védica sobre el collar de Indra, por ejemplo, declara la creación de la matriz por la Divinidad. Por lo tanto, la realidad última, el Uno o principio unificador es la Divinidad. El campo cuántico, que todo lo une y ordena, sería una emanación de la voluntad consciente del verdadero principio. El Brahman de los vedas es el principio universal o el Alma del mundo, de la cual ha salido todo y sobre lo que todo descansa. El Logos judeocristiano es el Absoluto, de quién dice la Escritura que – … de él, y por él, y en él, son todas las cosas…- .

CONSIDERACIONES FINALES SOBRE LAS COINCIDENCIAS SIGNIFICATIVAS

Por una parte, todo está conectado a través del vacío cuántico (matriz cuántica, campo cuántico, campo akásico, matriz creadora, Unus Mundus, etc.). He ahí el principio unificador, que hace de lo fragmentado y diverso una misma cosa. El entrelazamiento cuántico, descrito fenomenalmente por el profesor Quantum, podría ser el mecanismo de unión.

Por otra parte, nuestra consciencia cuántica puede recibir cuánticamente (valga la super redundancia) información de forma instantánea procedente de cualquier rincón del universo. Es más, teniendo en cuenta que el campo es una dimensión no espacio-temporal, podríamos recibir información de otros momentos temporales. Registros informativos de tiempos pretéritos o futuros estarían a nuestra disposición. 

En las coincidencias significativas la información se vierte desde el campo cuántico hacia los seres humanos, o bien los seres humanos acceden a ella. Si guiada o no por la Divinidad, se lo dejamos a su elección.

En cualquier caso, nosotros, Jaakob y Jehohanan, nos encontrábamos entrelazados cuánticamente a través de la Matriz, y con ella en aquel hotel de Tenerife. Durante el sueño, la Matriz derramó sobre ambos un mensaje admonitorio de idénticas características. Tal vez para que tomáramos precauciones en la etapa oscura que debíamos acometer en breve. Vivimos en primera persona una coincidencia temporal de dos sucesos idénticos de manera no causal y con un significado profundo.

El nuevo paradigma de la ciencia permite dar una explicación plausible a las coincidencias significativas. Incluso a otros muchos fenómenos extraños que no reciben aclaración por parte de la ciencia clásica, tales como la telepatía, la creatividad, la inspiración, etc.  

P´REZ&MÜLLER

Coincidencias significativas: Telepatía

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2 Comments on “EL ORIGEN DE LAS COINCIDENCIAS SIGNIFICATIVAS: SINCROARMONÍA CUÁNTICA (PARTE III)”

  1. Hola, Humanidad Alfa. He leído los tres post relacionados con la sincronicidad. Hay mucha información y por fin creo comprender de dónde podrían proceder muchos de los fenómenos extraños que nos ocurren. Si no he entendido mal, existe una dimensión más allá del espacio y el tiempo, donde se encuentra la información que organiza y estructura toda la realidad. Muchas gracias.

    1. No va mal encaminado, Masterworld. Su conclusión es completamente coherente con los datos que hemos aportado. En efecto, existe una dimensión que lo conecta todo y que explica los fenómenos de SincroArmonía y muchos otros. Un saludo cordial y gracias a ti.

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