GEOBIOLOGÍA. LUGARES QUE ENFERMAN

Geobiología. Lugares que enferman
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Hace unos días Jaakob P´rez publicó en Amazon su primer libro, “Odysseum, una guía de naturopatía para el III milenio”. A continuación, reproducimos uno de sus epígrafes. Pero antes, dedicaremos a su obra unas palabras de presentación.

En Odysseum, Jaakob relata por qué una persona tan racional y dada a explicaciones científicas como ella se dedicó al estudio sistemático de una pseudoterapia, como la llaman algunos en la actualidad -aunque sin razón-. Explica sus primeros pasos, desgrana los pilares esenciales de esta hermosa terapia natural y abarca el gran espectro de posibilidades que nos ofrece para mejorar nuestra salud. Incluye también un apartado sobre la homeopatía y otras terapias afines que pertenecen o complementan a la perfección la labor del naturópata.

A pesar de que el texto que reproducimos en este artículo es completamente fiel al libro de Jaakob, para satisfacer a Google hemos adaptado los párrafos y añadido títulos e imágenes que no se encuentran en el original. De esto modo, tal vez se le haga a usted más amena la lectura.

EXISTEN LOS LUGARES GEOPATÓGENOS

Existe una creencia entre el público en general según la cual el concepto “natural” es sinónimo inequívoco de “bueno”. Aunque en términos relativos esta afirmación pudiera ser válida, constituye un error en términos absolutos. No siempre lo natural es bueno. Todo depende del justo equilibrio. De hecho, la naturaleza nos provee de elementos que pueden llegar a enfermarnos gravemente si no tenemos en cuenta la dosis. La exposición prolongada al sol, por ejemplo, o a un agente climático, como la humedad, puede afectar la salud de las personas. Incluso el agua pura podría ser peligrosa en función del momento y el volumen de la ingesta.

¿Recuerdas que el médico hipocrático solía pasar un tiempo estudiando el entorno y el hábitat del paciente antes de proceder a la consulta médica? Cuando por fin decidía visitar a la persona que había solicitado su ayuda, ya conocía las características climáticas, geológicas y biológicas del lugar geográfico donde esta vivía. Por muy admirablemente natural que aparentara ser el hábitat del paciente, el médico buscaba los elementos naturales a los que estaba expuesto y que podían incidir negativamente en su estado de salud. Las antiguas civilizaciones china, india, mesopotámica y egipcia, incluso al otro lado del océano, la mesoamericana e incaica conocían el hecho de que los lugares ejercen una notable influencia sobre la salud de las personas. Y esa influencia no siempre es positiva. Hay lugares que enferman si el ser humano se expone prolongadamente a ellos.

LA GEOBIOLOGÍA: LÍNEAS DE HARTMANN

A principios del siglo XX se redescubrió este conocimiento ancestral desde una óptica científica dando lugar a una rama de la naturopatía conocida como geobiología o ciencia del hábitat. En los años treinta, el médico francés François Peyré (1947) postuló la existencia de una red global de energía telúrica (del griego tellos, ‘tierra’) que cubre toda la superficie terrestre y afecta la vida de los seres vivos. Durante esos años, otros científicos, como los doctores Anton Benker (1953) y Manfred Curry (1952), ahondaron en el estudio de las emisiones energéticas terrestres; no obstante, fue el médico alemán Ernst Hartmann (1964) quien mayor relevancia y celebridad adquirió en este campo.

A mediados del siglo pasado y durante más de una década, realizó mediciones de la resistencia eléctrica de las personas en diferentes lugares y confirmó la existencia de líneas de fuerza, conocidas actualmente como líneas de Hartmann en su honor. Afirmaba que desde el interior de la Tierra se proyectan radiaciones, teóricamente de naturaleza geomagnética, que ascienden en vertical hasta la atmósfera y se extienden por toda la superficie terrestre formando una red cuadrangular. Esta malla energética está constituida por unas líneas de fuerza que transcurren de norte a sur y de este a oeste, y en cuyas intersecciones la intensidad y actividad energética es tan importante que se convierten en lugares geobiopatógenos. Cuando una persona está expuesta durante largo tiempo a una intersección de líneas de Hartmann, puede llegar a enfermar.

Líneas de Hartmann

Cerca de la cabecera de la cama existe un área geopatógena: el cruce de líneas de Hartmann. Estas perturbaciones geopatógenas son más intensas por la noche, momento en que afectan la salud humana en mayor medida.

¿QUÉ DICE LA CIENCIA SOBRE LAS REDES GEOMAGNÉTICAS?

Actualmente, la ciencia no ha podido demostrar la existencia de la malla geomagnética global postulada por la geobiología, y mucho menos que tenga algún impacto en la salud, por lo que se tilda a esta rama de estudio como pseudociencia. Esto es así porque la naturaleza de estas fuerzas telúricas no es electromagnética y los sistemas tecnológicos no las detectan. Pero el ser humano sí puede hacerlo. De hecho, el doctor Hartmann demostró que la exposición a los cruces de líneas de fuerza induce estrés geopático medible no solo por los cambios en la resistencia eléctrica de la piel, sino a través de la alteración de algunos parámetros fisiológicos, especialmente en el sistema nervioso y endocrino. La elevación del cortisol, la hormona del estrés, es uno de esos cambios observados.

MÁS SOBRE GEOBIOLOGÍA: LAS FALLAS Y LAS CORRIENTES DE AGUA SUBTERRÁNEA

En el estudio del hábitat el geobiólogo, además de las redes geomagnéticas, tiene en cuenta alteraciones geofísicas, como las fracturas del terreno y las corrientes de agua subterránea. Las fallas producen variaciones del campo magnético y eléctrico terrestre, y la circulación del agua subterránea genera un campo electromagnético y polarización positiva del aire. Estas alteraciones sí pueden medirse mediante sistemas tecnológicos, aunque oficialmente no se acepta que sean productoras de trastornos de salud. Ya he explicado cómo la exposición a un campo electromagnético y a un ambiente con ionización positiva afecta negativamente la salud. Y aunque me refería a campos y atmósferas artificiales, la naturaleza también los genera en ciertos lugares.

Geobiología y áreas geopatógenas

Si bien en esta imagen pueden apreciarse varias zonas geopatógenas, una de ellas es especialmente importante. En primer lugar, por su intensidad (cruce de Hartmann superpuesto con corriente de agua subterránea). En segundo lugar, porque en la vertical se encuentra dispuesta la cabecera de la cama.

EL ZAHORÍ O RADIESTESISTA

Desde tiempos remotos, el ser humano ha detectado estos disturbios sin necesidad de dispositivos técnicos. Es el caso del zahorí o radiestesista. Un buen amigo me llamó en una ocasión notablemente excitado. Conocía mi pasión por las terapias naturales, aunque no compartía mis convicciones, sobre todo las relacionadas con la influencia de las energías sobre la materia viva. Era un materialista de tomo y lomo. Su padre había contratado a un zahorí para que determinase el lugar donde poder construir un pozo en sus tierras. Sus intentos por convencer al padre de que no despilfarrara su dinero y contratase los servicios de un buen geólogo fueron infructuosos.

Sin embargo, para su sorpresa, aquel destartalado personaje que se hacía llamar zahorí, con la única ayuda de unas varillas metálicas y por un módico precio no solo encontró el agua subterránea que su padre buscaba, sino que determinó tanto el volumen circulante como su calidad. En su llamada, muy excitado me preguntaba cómo era posible que sin tecnología el zahorí pudiera haber encontrado la ubicación del agua. No sé si llegué a convencerle de que la extrema sensibilidad del zahorí (sensibilidad entrenada durante años) le había permitido advertir las emisiones electromagnéticas y otras de naturaleza diferente que emanan de la tierra. El movimiento de las varillas del zahorí no es más que la expresión del sistema nervioso de los cambios fisiológicos inducidos por las fuerzas telúricas.

TRASTORNOS DE SALUD EN ÁREAS GEOPATÓGENAS

La geobiología es contundente al afirmar que la permanencia durante largo tiempo, mayor o menor en función de la sensibilidad de la persona, en una intersección de líneas de campos geomagnéticos y/o sobre alguna alteración geofísica induce trastornos de salud que van desde los leves dolores de cabeza, nerviosismo, irritabilidad, problemas digestivos hasta el más severo insomnio, trastornos del estado del ánimo, alteraciones endocrinas, metabólicas y las muy graves enfermedades cardiovasculares y neoplásicas. A decir verdad, no poseo la sensibilidad del zahorí ni el conocimiento y los instrumentos de medición necesarios del especialista en geobiología para hacer un estudio en profundidad del hábitat de una persona. No obstante, en ocasiones he obtenido resultados magníficos solo con la adopción de medidas sencillas que también puedes tener en cuenta en tu propio hogar. ¡Ah! Y a falta de sensibilidad, los animales domésticos son de inestimable ayuda para encontrar los lugares geobiopatógenos de los que huir.

Zahorí o radiestesista

Aquí tenemos un zahorí, de los que aún existen en los pueblos de España. Se dedican habitualmente a la búsqueda de agua subterránea. Sin embargo, sus capacidades son emuladas en la detección de cualquier perturbación geopatógena, ya sean líneas de Hartmann, fallas, etcétera.

UN CASO REAL

Un joven matrimonio me consultó porque su hijo de 6 años tenía pesadillas, se despertaba continuamente por la noche y lloraba insistiendo en querer dormir con ellos. Además, había vuelto a orinarse en la cama. Acababan de mudarse a la ciudad, por lo que pensaron que se trataría del proceso normal de adaptación a la nueva situación: nuevo lugar, casa, colegio, amigos, etcétera. Pese a que el psicopedagogo del colegio le quitaba hierro al asunto, empezaban a preocuparse. Un dato curioso y que me puso sobre la pista del problema fue el hecho de que el gato de la casa había encontrado su lecho justo debajo de la cama del niño. A diferencia del resto de los animales domésticos, los gatos, por alguna razón que desconozco, se sienten atraídos por los lugares geobiopatógenos. Para ellos, estas zonas de las casas son perfectas para descansar. Junto a una prescripción de homeopatía, les recomendé reubicar la cama del niño y, según me relataron más tarde, fue “mano de santo”.

EL AMPLIO CAMPO DE ACCIÓN DE LA GEOBIOLOGÍA

Más recientemente, la geobiología ha ampliado su campo de actividad en el estudio del hábitat. Cuando se solicitan los servicios de un geobiólogo, además de los lugares geobiopatógenos de la vivienda, este examina la contaminación electromagnética artificial, la radiactividad natural, los agentes contaminantes químicos interiores (formaldehído, disolventes, nanopartículas, etcétera), los agentes patógenos (mohos, bacterias y otros alérgenos), la ionización e incluso la contaminación acústica y el efecto de la iluminación artificial. Después de analizar detenidamente los datos obtenidos, propone cambios y medidas de protección para que los habitantes de la vivienda puedan conservar su salud o recobrarla.

Geobiología. Exposición a un lugar geopatológico e insomnio

En los problemas del sueño debe tenerse siempre en cuenta la posibilidad de estar expuesto a áreas geopatógenas. Esto incluye campos electromagnéticos artificiales y otras perturbaciones de los edificios que el geobiólogo se encargará de analizar.

Bueno, aquí finaliza la reproducción del epígrafe de Odysseum dedicado a los lugares y las energías telúricas que pueden afectar a la salud. El estudio de la geobiología es muchísimo más amplio. En su obra, Jaakob no ha querido profundizar en las innumerables áreas de conocimiento de la naturopatía. Si lo hubiese hecho, el resultado habría sido enciclopédico. Por esta razón y si le interesa saber más sobre geobiología, háganoslo saber en los comentarios y prepararemos un artículo ampliando la información.

Por último, le dejamos el enlace a Amazon por si desea adquirir el libro Odysseum y ampliar su conocimiento sobre el fascinante mundo de la naturopatía. Obtenga este magnífico libro aquí

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P´REZ&MÜLLER

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6 Comments on “GEOBIOLOGÍA. LUGARES QUE ENFERMAN”

    1. Le garantizamos que le gustará el libro no le dejará indiferente. Un saludo y gracias por seguirnos, Ángeles.

    1. Un fuerte abrazo y un saludo. Ésta siempre será su casa, querido amigo Javier. Gracias por seguirnos y le invitamos a seguir colaborando con nosotros.

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