Este es el tercer y último artículo dedicado a la candidiasis intestinal crónica, en el que trataremos con detalle la primera de las fases de la propuesta terapéutica: la dieta anticándida. Le recomendamos que lea, si aún no lo ha hecho, los posts anteriores: Candidiásis crónica y tratamiento de la candidiasis crónica.
Antes de introducirnos de lleno en materia, merece la pena destacar la importancia de esta fase del tratamiento. La dieta anticándida debe llevarse a cabo no sólo a pie juntillas sino durante el tiempo necesario.
Somos conscientes de que la persona desesperada por los males crónicos derivados de la candidiasis puede querer saltarse esta etapa e iniciar la que, en su opinión, resulta más efectiva: la erradicación de la cándida. Pero nada más lejos de la realidad. La dieta es importantísima tanto con el objeto de debilitar al patógeno como para nutrir al organismo y potenciar su capacidad de defensa.
Si no se debilitan la cándidas que han tomado el intestino haciéndolas “pasar hambre”, eliminando el alimento que les permite proliferar, el tratamiento será menos eficaz. En primer lugar, el organismo requerirá más energía para combatirlas y, en segundo lugar, podrían hacerse resistentes a los antifúngicos prescritos.
A continuación, vamos a proporcionarle unos consejos generales sobre la dieta anticándida y más tarde abordaremos de forma detallada los alimentos indicados para la candidiasis crónica y aquellos que, por el contrario, debemos evitar. Para terminar el artículo le propondremos unas ideas sencillas para confeccionar sus menús anticándidas.
CONSEJOS GENERALES DE LA DIETA ANTICÁNDIDA
Se puede afirmar que la dieta anticándida consiste en eliminar los alimentos que sirven de nutrimento esencial a las cándidas y en consumir aquellos otros que promueven un estado de salud óptimo.
Por normal general, ante una infección por cándida, ya sea aguda o crónica, tanto intestinal como cutánea o de las mucosas genitales, el precepto principal es erradicar de la dieta todo tipo de azúcares o alimentos que los contengan. Podríamos ser más radicales con la regla y recomendar que se evite cualquier alimento o sustancia de sabor dulce.
Un 70% de la dieta debe estar formada por verduras de temporada, bien cocinadas o en ensalada. Se evitarán los vegetales ricos en almidón, como las patatas, cereales, legumbres, excepto en las personas vegetarianas, en cuyo caso podrán consumir en pequeñas cantidades legumbres y arroz integral.
El otro 30% de la dieta consistirá en alimentos ricos en proteínas, como carnes, pescados y huevos. Eso sí, con preferencia los de crianza ecológica, libres de químicos perjudiciales, como las hormonas. Los preparados de soja se encuentran entre los alimentos ricos en proteínas.
Deben consumirse alimentos frescos y, a poder ser, de origen biológico. Hay que evitar las conservas y los alimentos precocinados.
No deben usarse fritos ni rebozados, sino opciones como el vapor, la plancha y la cocción lenta.
La ingesta de agua e infusiones no debe ser inferior a 2 litros.
Sin más preámbulos, entremos directos a los detalles.
ALIMENTOS PERMITIDOS EN LA DIETA ANTICÁNDIDA
Vegetales
Este es el grupo de alimentos que formará la base de los menús anticándida. Pueden incorporarse a la dieta todos los vegetales y en cantidad abundante, excepto los prohibidos en el apartado siguiente.
Los vegetales pueden ser consumidos crudos, en forma de ensalada o ligeramente cocinados al vapor o a la plancha. Si se cocinan, es mejor hacerlo en el menor tiempo posible para que queden crujientes. También pueden consumirse en forma de zumos o batidos.
Carnes y huevos
A ser posible, debe adquirirse carne y huevos de producción ecológica. Si ha leído nuestros artículos anteriores sabrá que tanto los antibióticos como las hormonas, compuestos presentes en estos alimentos de producción industrial, son posibles causas de candidiasis crónica.
Pescados
Si se escoge bien el tipo de pescado, las ventajas de su consumo superarán con creces a los inconvenientes originados por su contenido en metales pesados. El pescado, en especial el azul, contiene ácidos grasos Omega 3, que son imprescindibles para la salud de la barrera intestinal y del sistema inmunológico.
Eso sí, para minimizar la toxicidad por metales pesados, tendrá que seleccionar las variedades de pequeño tamaño como, por ejemplo, las sardinas o la caballa.
Cereales, pan y pastas
Sólo están permitidos los cereales y pseudocereales en cuya composición natural no se encuentre el gluten. Con preferencia se introducirá la quinoa, el trigo sarraceno y el amaranto. En menor medida y con menor frecuencia, el arroz integral y el mijo.
En cualquier caso, y en nuestra opinión, aunque estos cereales (o pseudocereales) pueden incorporarse a la dieta, deben consumirse en pequeña cantidad y de manera esporádica.
Deberían evitarse los panes; sin embargo, se pueden consumir los confeccionados sin levadura o germinados. El pan ácimo es un ejemplo y una muy buena buena opción.
Las pastas, aunque sean de cereales sin gluten, deberán eliminarse de la dieta.
Legumbres
En principio, no estarían recomendadas, pero las personas que no deseen comer alimentos de origen animal pueden obtener la cantidad de proteína necesaria a través de las legumbres combinadas con los cereales permitidos. Son legumbres las lentejas, las alubias, las adukis, los garbanzos, la soja, etc.
Con la intención de sustituir los alimentos procedentes de fuentes animales, la mejor opción son la soja y los preparados de soja, como el tofu y la soja texturizada.
Frutos secos y semillas
Tanto los frutos secos como las semillas, siempre que se consuman en crudo, están permitidos. Contienen ácidos grasos omega 3 y omega 6 muy beneficiosos para la salud en general.
Algas
A pesar de que en occidente no se consumen apenas, las algas son alimentos empleados con frecuencia en la cocina oriental. El arame, el nori, el wakame y el agar-agar son excepcionales en sopas y guisos. También pueden prepararse en ensalada o salteadas (como a nosotros nos gustan). Si se combinan con las legumbres, el plato será más digerible.
Aceites y grasas
Como hemos venido repitiendo desde que fundamos Humanidad Alfa, el mejor aceite con diferencia es el de oliva, siempre que sea virgen y de primera prensión en frío. Se puede consumir en crudo o emplearse para cocinar los alimentos.
Otros aceites que pueden incorporarse a la dieta anticándida son el de lino, girasol, sésamo y soja. Eso sí, deben ser vírgenes y consumirse siempre en crudo. Son aceites muy inestables, que liberan tóxicos cuando se someten a altas temperaturas.
Una opción muy interesante es el aceite de coco, cuyo contenido en ácido caprílico podría ser de gran utilidad para combatir la candidiaasis crónica gracias a su potente efecto antifúngico. Puede emplearse en crudo e, incluso, para cocinar.
Bebidas
Se recomienda la ingesta abundante de agua entre las comidas para no interferir las digestiones.
Están permitidos los zumos de limón, pomelo y arándano rojo.
Como sustituto de los lácteos, se aconsejan las bebidas vegetales sin edulcorantes: de almendras, quinoa, mijo, avellanas, espelta, etc.
Para sustituir el café, se emplean las infusiones, las cuales, además, nos ofrecen innumerables beneficios para la salud y, en concreto, para combatir la candidiasis. Por ejemplo, las infusiones de tomillo y orégano presentan actividad antifúngica; la de manzanilla, es antiinflamatoria y digestiva; la de anís e hinojo, carminativa y antiespasmódica.
Germinados
Son recomendables. Se consumen en ensalada los brotes de soja, alfalfa, brócoli, lentejas, alfalfa, etc.
Edulcorantes
Se permite la estevia.
ALIMENTOS PROHIBIDOS EN LA DIETA ANTICÁNDIDA
Azúcares
La dieta debe prescindir por completo del azúcar blanco y moreno, la miel, los siropes, la malta, y otros edulcorantes como la sacarina, la maltosa, la dextrosa, la fructosa y la maltodextrina. Ni que decir tiene que están prohibidos todos los alimentos que incorporan azúcares: bollería, galletas, pasteles, chocolate, helados, almibares, zumos de frutas envasados, refrescos, golosinas, cereales de desayuno, mayonesa, ketchup, mostaza, salsas de ensalada, conservas y muchos embutidos.
Para ampliar más el rango de protección, se recomienda no consumir comidas o alimentos con sabor dulce.
Deben evitarse los productos que lleven malta, como los cereales para el desayuno o los cereales tostados solubles.
Cereales Refinados
Prohibidos, sin excepción, los cereales refinados y los productos derivados: harinas blancas, pan blanco, pasta blanca, arroz blanco (algunos expertos permiten el basmati).
Vegetales
No son recomendables los vegetales con un alto contenido en hidratos de carbono, tales como las patatas, boniatos, zanahorias, remolacha, yuca, calabaza, habas, guisantes, maíz dulce y todas las setas.
Leche y derivados lácteos
La dieta anticándida prescinde completamente de la leche y de cualquier producto lácteo, como los yogures, mantequilla, nata, queso, bechamel, etc.
Levaduras
Debe eliminarse todo alimento que contenga levadura o haya sido fabricado con levadura. Estos son el pan, pizzas, concentrados de caldo o caldos envasados, etc. La levadura de cerveza, aunque constituye un suplemento alimenticio excepcional, no debe consumirse mientras se siga la dieta anticándida.
Fermentos
Deben excluirse todos los productos fermentados, como el vinagre, las bebidas alcohólicas fermentadas (cerveza, sidra), el miso, los yogures, la salsa de soja, el tempeh, etc.
No puede consumirse ningún encurtido en vinagre. Tampoco las aceitunas.
Frutas
Si bien es cierto que hay pacientes que toleran bastante bien la fruta, por regla general se evitarán todas las frutas y zumos de frutas, a excepción del limón.
En especial, quedan prohibidas las uvas, el plátano, el melón, la chirimoya y el caqui. La razón es simple: su elevado contenido en azúcares simples.
Después de tres meses, se pueden introducir poco a poco la manzana y los cítricos. Y siempre prestando suma atención a la respuesta de nuestro cuerpo.
Ni que decir tiene que las frutas desecadas o confitadas quedan excluidas de la dieta anticándida.
Carnes y pescados
Se evitarán las carnes muy grasas y las procesadas (salchichas, etc.).
No son aconsejables los pescados azules de gran tamaño, como el atún. Tampoco se recomienda consumir pescados de piscifactoria.
Frutos secos
Nada de cacahuetes y pistachos.
Bebidas
El agua del grifo no está permitida. Tampoco el café y el té (a excepción del té verde), ni siquiera en su versión descafeinada. Deben eliminarse también las bebidas alcohólicas, sean fermentadas o no.
Aceites y grasas
No se permiten los aceites refinados ni las margarinas vegetales. La mantequilla y la nata, como expusimos antes, quedan descartadas como alimento en la dieta anticándida.
IDEAS PARA CONFECCIONAR UN MENÚ DE LA DIETA ANTICÁNDIDA
El hecho de conocer qué alimentos deben eliminarse permite a la persona emplear la imaginación para diseñar platos creativos. En nuestra humilde opinión, esta libertad es la mayor ventaja de la dieta anticándida.
No obstante, después de años de experiencia, hemos adquirido la certeza de que las personas se adhieren poco a las dietas que incluyen prohibiciones y no aportan descripciones detalladas de los platos y menús. Debe tratarse de un defecto de la voluntad de la mayoría.
Por esta razón, vamos a terminar el artículo con algunas ideas que le faciliten el diseño de un menú diario anticándida.
Desayuno, almuerzo a media mañana y merienda
Tostadas de pan ácimo.
Tostadas de centeno.
Pan germinado.
Jamón ibérico.
Tortilla de huevos. Huevos duros o pasados por agua.
Aguacate, tomate.
Frutos secos.
Bebida de almendras.
Bebida de kamut.
Crema de avellanas.
Pasta de tahín.
Tofu para untar.
Copos de quinoa inflada.
Yogur de soja.
Zumo de pomelo.
Limonada.
Zumo vegetal de tomate natural.
Tofu (a la plancha está exquisito)
Desde el principio, pero en pequeñas cantidades, o bien después de dos meses de dieta estricta, se puede incorporar:
Manzana y naranja. Zumos y batidos de estas frutas.
Tortitas de arroz integral inflado.
Hummus.
Comidas y cenas
En este apartado no vamos a diferenciar entre comidas y cenas, ni entre primeros y segundos platos. Sólo tenga en cuenta que las cenas deben ser más ligeras y llevarse a cabo unas horas antes de irse a la cama.
Verduras salteadas y/o al vapor (judías verdes, coliflor, brócoli, espárragos, calabacín, coliflor, acelgas, espinacas, etc.).
Pisto de verduras.
Cremas o purés de verduras (sin patatas).
Sopas de verduras.
Gazpacho (sustituyendo el vinagre por el limón).
Ensaladas variadas (rúcula, rábanos, cogollos, canónigos, lechuga, endivias, huevo, escarola, berros, tomate, pepino, aguacate, germinados variados, etc.)
Berenjenas, calabacines, tomates o pimientos rellenos con carne, verduras y tofu.
Revuelto de huevos con espárragos trigueros y ajo.
Tortilla de verduras.
Carnes y pescados a la plancha o al horno.
Sardinas al vapor con especies (tomillo y orégano, por ejemplo).
Hamburguesas de pollo o vegetales.
Dese el principio, pero con menos frecuencia, puede probar con:
Lentejas estofadas con vegetales y ternera
Arroz integral hervido con verduras.
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P´REZ&MÜLLER
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